El nacimiento de un bebé. Parte IV
Entrevista televisada. Serie sobre educación con el Dr. M. Laitman, Limor Soffer-Fetman, psicóloga educacional y psicoterapeuta y Eli Vinokur, responsable de contenidos de educación en el Instituto Bnei Baruj – www.kabbalah.info
Limor Soffer-Fetman: ¿Puedo hacer una pregunta de no creyente?
Michael Laitman: Claro. Pero no hay tal cosa como ser creyente en Cabalá. Todo está sujeto al escrutinio. Es una ciencia.
Limor Soffer-Fetman: Cuando los psicólogos dividen los grupos de edad, lo hacen sobre la base de los datos recogidos a través de observaciones e investigaciones. Cuando usted dice que la Cabalá divide en grupos de edad ¿en qué prueba, en qué experimentos se basa?
Michael Laitman: Por el hecho de que los cabalistas lo experimentan ellos mismos. Al entrar en el mundo espiritual, uno atraviesa la primera etapa, llamada "concepción". Entras en lo que se llama "la Ima superior (Madre)", una especie de superior que te impregna y permanece como un embrión. Y la forma en que nos desarrollamos es como un feto en el vientre de su madre durante nueve meses. No se trata de nueve meses físicos, sino de nueve discernimientos que se llaman Jidushim (meses), de la palabra Jadashim ("nuevo" o "innovaciones"), es decir, nuevos discernimientos. La palabra Jodesh (mes) viene de la palabra Jadash (nuevo). Veo cómo soy renovando. Los nueve meses representan nueve Sefirot, y cuando llega la última Sefirá, Maljut, está prohibido estar en Maljut. Y por eso nacemos. En la espiritualidad, se atraviesan estas etapas muy claramente. Podría ser un hombre de 40, 50 o incluso 60 años de edad el que atraviesa las fases de concepción espiritual y nacimiento como un feto, como un bebé espiritual, y seguir desarrollándose.
Los dos años de la lactancia significa que ahora me anulo. No es en la forma en que me anulé con anterioridad hacia la Ima superior para estar dentro de ella. Ahora anulo al superior con el fin de recibir de él desde el exterior. En parte de mi vida espiritual, ya soy independiente y cada vez me voy haciendo un poco más independiente con cada fase. También me familiarizo cada vez más con el entorno, con mi superior, y así es como crezco. Un cabalista que pasa por estas etapas, las examina, toma nota de los resultados sobre sí mismo; como si estuviera llevando a cabo un experimento.
Limor Soffer-Fetman: Entonces, ¿todos esos elaborados detalles salen de la experiencia personal?
Michael Laitman: Salen de la experiencia personal que uno atraviesa. Por eso saben hasta el más mínimo detalle, y por eso podrían escribir un libro de mil páginas sobre los nueve meses de la concepción.
Eli Vinokur: Parece que quizá, en comparación con la psicología –donde la gente en realidad no ha pasado por los propios procesos, no ha observado y contemplado– aquí todo es muy exacto.
Michael Laitman: No estoy en contra de lo que están haciendo, yo realmente respeto su trabajo. Pero tal vez si tuvieran en cuenta lo que los cabalistas hacen de acuerdo al alma, tendrían una perspectiva, una dirección en la que investigar, buscar. Ya lo conocerían: “Aquí deberíamos ver este resultado, este fenómeno”, sería más fácil para ellos.
Soffer Limor-Fetman: Fascinante. ¿Puedo decir una última frase? Me parece que crea un proceso asombroso entre el hombre y la mujer, el hecho de que un hombre pueda comprender tan bien, a tales niveles.
Eli Vinokur: Si estudia Cábala...
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