Tarot gitano y Tarot de Marsella: una historia de amor
El mazo de tarot de Marsella surgió en Europa durante el agitado siglo XV. Aunque, curiosamente, no en Marsella. Una ciudad que, sin embargo, sí merece un reconocimiento por haber salvado al tarot del olvido y la decadencia en la que cayó en Europa hacia mediados de dicho siglo, luego de su impetuoso surgimiento en Italia. Más tarde, el tarot gitano sentiría suyo ese mazo de coloridas y vitales estampas medievales, y lo convertiría en su compañero inseparable. El resto es historia.
El tarot empieza a difundirse en Europa desde el norte de Italia, a mediados del siglo XV. En 1499, la invasión francesa a Milán llevó el tarot hasta el sur de Francia. La equivocación con respecto a su origen marsellés procede de los años ’30 del siglo XX, cuando el historiador francés Paul Marteau le concedió ese origen considerando que, desde 1466, Marsella era el principal centro de manufactura de naipes de toda Europa.Durante el siglo XVI, el tarot entra en decadencia en Italia, y ya casi nadie se interesa por él. De no haber sido por los maestros carteros de Toulouse, quizá se hubiese perdido para siempre. Años después, cuando el interés por el tarot volvió a reaparecer en su cuna original, Italia, ya los mazos eran definitivamente marselleses, con sus típicas y reconocibles láminas inspiradas en los vitrales del arte religioso gótico.
El pueblo gitano de entonces, sencillo y errante, no conocía de lujos. Y el tarot, hasta la invención de la imprenta, lo era: las láminas se pintaban a mano y sólo los ricos podían acceder a ellas. Con la aparición de la imprenta, los mazos empezaron a producirse en serie y a difundirse de manera mucho más intensa. Así llegó el tarot de Marsella hasta el pueblo gitano. Y así nació un amor para siempre.
La historia puede no ser especialmente romántica, pero la verdad es que, con su sencillez y claridad y sus alegres colores, el mazo marsellés fue concebido especialmente para llevarse bien con el pueblo gitano.
Tal vez por eso hoy,, que las nuevas tecnologías ponen al alcance de los clarividentes una infinita variedad de mazos, el tarot gitano continúa fiel a las cartas marsellesas, en una relación de mutuo entendimiento, respeto y cariño. Y es que no todos los días se encuentra un amigo capaz de permanecer fiel durante más de 5 siglos.
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