Complementar nuestros conocimientos con nueva formación
¿Cómo gestionar el tiempo de ocio? Normalmente no tenemos demasiado tiempo para llevar a cabo algo que nos apetece y nos anima. Sin embargo, cuando sí lo tenemos, no sabemos cómo repartirlo, qué realizar o dónde desplazarse.
Las opciones lúdicas son variopintas y más o menos todos las conocemos: ir a un festival cinematográfico, ir a ver una obra, acudir a un recital, salir a pasear, ir a un museo, etc. Pero también tenemos la opción de llevar a cabo cursos de formacion para aprender un nuevo oficio o formarse en una actividad diferente. Aquí, como decíamos antes, la oferta es variada y depende de varios factores.
Un elemento importantísimo son nuestras apetencias. A menudo las ignoramos porque pensamos que no nos darán de comer. Además, parece ser que determinados hobbies no gozan de credibilidad, pues se realizan mediante procesos muy distintos al resto de profesiones y no cuentan con unos ingresos continuos. Esto pasa particularmente con los oficios artísticos: actores, pintores, músicos, etc.
Es normal sentir miedo a fracasar y no querer arriesgar demasiado, pero tenemos la oportunidad de aprovechar nuestro tiempo de ocio o los años que pasamos desempleados para intentar algo nuevo. Los cursos formativos ayudan a formar a profesionales, pero hay quien los realiza para usar las nociones aprendidas a su vida privada. A parte de esto, no sólo son una herramienta que permite dar un giro a nuestra carrera profesional, sino que también son una plataforma para impulsar a todos aquellos jóvenes que aún no se han introducido en el mundo laboral.
Por otro lado, cada vez se valoran más los conocimientos prácticos, mientras que la teoría sólo tiene cierta presencia para el CV y no se considera suficiente. En determinados oficios, la práctica resulta importantísima, y de poco sirve tener una formación enfocada a la teoría. Lamentablemente, las universidades aún no han incorporado por completo este cambio, aunque poco a poco van adaptando sus temas y sus instalaciones a las nuevas circunstancias.
Así pues, nunca es tarde para aprender lo que verdaderamente nos atrae e, incluso, trabajar en ello.
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