Juan Bautista, el precursor de Jesús
Estaba Zacarías, sacerdote del templo, cumpliendo con sus labores en el templo del Señor nen uno de esos días que luego iba a marcar su existencia. De acuerdo con la costumbre, estaba poniendo el incienso y, en medio del olor grato y ambiente sobrecogedor, sintió de repente que no se encontraba solo en ese lugar en donde no debería estar nadie más que él, pues la multitud se encontraba afuera en actitud de oración. Sintió un poco de inquietud pero no tuvo tiempo de hacer suposiciones ni para continuar con sus reflexiones: a la derecha del altar del incienso, en pie, se encontraba el ángel del Señor.
En ese momento se produjo en su ser una tremenda turbación y el temor se apoderó de él. Pero no tardó el ángel en hablar y darle tranquilidad. “No temas le dijo” Y sin que hubiera más rodeos le dio la buena noticia: “Tu mujer, Elisabet te parirá un hijo, y llamarás su nombre Juan”
Así fue la vida de Juan el Bautista: rodeada de episodios sobrenaturales aún desde antes de su nacimiento. Su llegada al seno de la familia de Zacarías y Elisabet fue anunciada por un ángel, quien además dio luces sobre lo que sería la vida del buen hombre del sesierto: “Será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el seno de su madre”.
Juan estaba llamado a ser grande pero además, según las informaciones del enviado de Dios, llevaría a los rebeldes hacia la prudencia y a través de sus palabras y sus gestos muchos de los hijos de Israel se convertirían al Señor.
Zacarías, siendo mayor, al igual que su esposa, dudó por un momento de que todo esto pudiera en realidad ocurrir por la edad avanzada en que se encontraba él y su mujer. Por esta duda recibió el castigo de permanecer mucfo hasta que el niño naciera, tal como en verdad ocurrió.
Cuando el niño creció se convirtió en un gran predicador y para divulgar la palabra de Dios eligió el desierto: allí hablaba principalmente del bautismo del arrepentimiento para la remisión de pecados. A LA OBRA DE Dios dedicaba todo su tiempo con la fuerza arrolladora de su juventud y con la convicción propia de los elegidos. Salía por toda la provincia de Judea y bautizaba en el río Jordán a quienes confesaban sus pecados. Su vestidura puede considerarse un poco excéntrica si se le juzga a la luz de las costumbres actuales: se vestía con pelos de camello y con un cinto de cuero alrededor de sus lomos. Su dieta era más bien austera: solo consumía langostas y miel silvestre.
Pero, el mensaje preferido de Juan era el del precursor, el de quien abre camino para que otra persona venga después a hacer una labor aún más importante. Con estas palabras le decía a la multitud quién era el que vendría después: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitadocomo conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com
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