El empleo público; una inversión segura

Aunque los funcionarios también han sufrido recortes en su nómina, su puesto de trabajo resulta ser uno de los más valorados y cotizados. Hay una idea general de que siendo administrativo del estado se vive bien, ya sea por el sueldo como por la división del trabajo. No obstante, es convenientesuperarun procedimiento específico y aprobar los exámenes.

La totalidad de academias de oposiciones ha ido en aumento estos últimos años. Las pruebas son difíciles y estudianmaterias muy especializadas y, en consecuencia, contar con el apoyo o la dirección de un experto en la materiaresulta de gran ayuda. Igualmente, algunas pruebasrequierenestar en buenas condiciones físicas, como las de agentes de la autoridad y bomberos, y tambiénpasar con éxitouna serie de tests psicológicos.

La preparación para unas oposiciones normalmente es de, como mínimo, 2 años, si bien también hay unas pocas que se alargan hasta los 4 años o más (según el alumno y las plazas ofrecidas). Muchas veces, los que superan las pruebas se ven obligados adejarla ciudad de residencia y ir a vivir a otra provincia, viviendo lejos de susfamiliares y colegas. A parte de esto, esto suele darse sólo un período temporal determinado, teniendo la posibilidad depedirel cambio una vez superado el tiempo correspondiente. En principio, no se necesita mucho más que la educación básica, tener los papeles en regla y ser mayor de edad para iniciarse en el proceso, aunque todo depende del tipo de vacante para la que se examine.

El afán necesario resulta gigantesco, no sólo a nivel académico (formarse puede resultarun trabajo costoso si hace tiempo que no se practica), sino también en cuanto a la inversión económica. Prepararse para unas oposiciones precisadedicarse a los estudios casi a tiempo completo, de la misma manera que se estudia para un master y, por lo tanto, hay que tenerun buen sustento económico.

En cualquier caso, si si continua la misma dinámica, las academias de oposiciones tienen cuerda para rato. Y es que, con la crisis en la que estamos inmersos, no hay regalo más preciado que tener asegurado un empleode por vida.