Los lectores de proximidad, un mundo lleno de posibilidades
Nos podríamos referir a los lectores de proximidad como el sustituto de la llave y el cerrojo, o como el reemplazo electrónico, producto del avance de la tecnología, de los tradicionales sistemas de seguridad. Hasta ahora, el método más empleado, y el que todos conocemos, es el lector de tarjetas convencional, el cual ha sido de gran utilidad en las últimas décadas, sin embargo, es el momento de dar paso a la nueva hornada de lectores de tarjetas. Las antiguas bandas magnéticas han dejado paso a los chips, gracias a los cuales ha sido posible multiplicar las funciones de los lectores de tarjetas que todos conocemos. Los nuevos lectores permiten controlar y dirigir todos los aspectos relacionados con el acceso de personas a un recinto: elaborar horarios, dar de alta o de baja a nuevos usuarios, programarlo para reaccionar de una forma determinada ante una situación determinada e incluso memorizar la hora en la que una persona realiza un acceso.
La sofisticación a la que ha llegado la tecnología actual en algunos campos como en el de los sistemas de seguridad, han dejado completamente obsoletos los antiguos lectores de tarjetas, ya que a éstos los han sucedido con gran éxito los superiores lectores de proximidad. La mayor ventaja de la tecnología de proximidad con respecto a su antecesora, radica en que ya no es necesario introducir la tarjeta en el dispositivo para que éste pueda leerla, sino que es capaz de hacerlo sin entrar en contacto físico con ella. La activación se produce cuando la tarjeta se presenta a una distancia determinada del lector. Las tarjetas plásticas que se emplean con estos lectores incorporan un circuito pasivo y laminado, el cual es el encargado de activar el sistema. Evidentemente, las tarjetas dejan de funcionar a una distancia concreta de seguridad, con el fin de evitar activaciones por error. Por lo general, el espacio mínimo que debe haber entre la tarjeta y el lector para que ésta deje de tener influencia sobre el sistema, es de 70 centímetros. Estos efectivos lectores están diseñados y fabricados a prueba de falsificaciones. Además, no es necesario que estén visibles para que funcionen. Si el usuario lo desea, éstos pueden situarse en una zona segura, fuera del alcance de posibles ataques vandálicos, factores meteorológicos y de la suciedad. En la actualidad existen distintos lectores de proximidad, entre los cuales no es difícil encontrar el adecuado para diferentes necesidades en control de accesos. Lo que va a hacer de esta tecnología algo habitual e indispensable en los próximos años es, sin duda, la infinidad de aplicaciones diferentes en la que es capaz de introducirse. Si a esto le unimos el hecho de que con el transcurrir de los años, el avance de la nanotecnología permitirá aumentar la capacidad de almacenamiento de las tarjetas, nos encontramos con que los sistemas de seguridad pueden haber encontrado un valioso y longevo recurso en estos lectores.
Raúl es Webmaster de Reparalo.com una web especializada en la reparación de dispositivos iPhone.
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