No tengo Tiempo... (para eso)
Cuántas veces nos quejamos o nos justificamos diciendo que no tenemos tiempo para hacer algo que debemos (o queremos) hacer ?
La realidad, por mucho que nos cueste aceptarla, es que tenemos el tiempo para realizar cualquier cosa que querramos. No todas las cosas, pero sí aquellas que nos resulten verdaderamente importantes. Es sólo una cuestión de prioridades. Por ello, cuando decimos que no tenemos tiempo para algo, en realidad estamos diciendo que "eso" no es lo suficientemente importante como para ocupar un lugar en nuestra agenda diaria.
El problema es que muchas veces esas cosas para las que "no tenemos tiempo", tienen que ver directamente con temas como nuestra salud (por ej: ir al médico, hacer ejercicio, almorzar, etc.), nuestra familia (estar con los hijos, hablar con nuestra pareja, etc.), o incluso con nuestro negocio o trabajo (como postergar una llamada a un potencial cliente o dilatar la resolución de un conflicto dentro del equipo de trabajo).
Como naturalmente tendemos a buscar el placer y evitar el dolor, inconscientemente buscamos excusas (como la falta de tiempo) para no hacer aquello que, en el fondo, sabemos que debemos hacer si queremos alcanzar nuestros objetivos.
Por eso, tanto en nuestra vida personal como profesional, hay una serie de pasos que podemos seguir para no caer en la tentación de recurrir a esta falsa excusa:
1. Ser conscientes del problema
Es lo que hablamos hasta ahora: Saber que el tiempo es el mismo para todos y que tenemos la libertad de emplearlo como querramos. Toda acción o inacción tiene consecuencias, y está en nosotros decidir cuáles queremos afrontar y cuáles no.
2. Establecer prioridadaes
Todo se resume a qué hacer primero y qué hacer después. Si tenemos tiempo para hacer 10 cosas en el día, sólo tendremos que determinar cuáles serán esas cosas, y descartar el resto. Esto parece simple, pero en realidad no lo es en absoluto, ya que como veíamos antes, tendemos a hacer primero lo que nos resulta más fácil y menos penoso, y no lo más importante.
Para poder establecer las prioridades en nuestras tareas cotidianas, primero deberemos hacerlo en los aspectos generales de nuestras vidas (como la salud, la familia, el trabajo, etc.). Por ejemplo: Si yo decido que mi prioridad es mi familia, y tengo que elegir entre ir a ver el acto del colegio de mi hijo y terminar mi trabajo en la oficina, ya sabré qué es lo que debo hacer.
3. Agendar las prioridades del día
Una vez que hayamos definido cuáles son los aspectos de nuestra vida que queremos priorizar, y en concecuencia las tareas que deberemos realizar en el día, sería menester agendarlas por orden de importancia, ya que de lo contrario seguramente correremos el riesgo de olvidarlas o de quedarnos "sin tiempo" para realizarlas.
4. Verificar
Por último, es importante llevar control sobre el cumplimiento de estos objetivos, repasando dicha lista al final del día. En el caso de que hayamos dejado algo sin hacer, tendremos que anotarlo en el primer lugar de las metas del día siguiente.
Este sistema de prioridades y control de tareas se puede aplicar tanto a la vida en general como a los negocios, el estudio o cualquier otra actividad puntual. A mí particularmente me es de gran utilidad, y lo recomiendo como una de las mejores formas de alcanzar metas.
Es increíble la cantidad de cosas que podemos realizar en el día si nos organizamos ! Cosas que de lo contario no haríamos porque... "no tendríamos tiempo".
Francisco H. Alvarez E-mail: info@franciscoalvarez.net Web: http://www.GananciasGVO.com/?ID=3704 Blog: http://www.FranciscoAlvarez.net Twitter: http://www.twitter.com/FAlvarezOnLine Skype: franciscohalvarez
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