Que miedo
Para una persona como yo, que cree que lo único que puede sacar a un país adelante, es el desarrollo económico reflejado en el reforzamiento de las empresas – tanto grandes como pequeñas – ver hoy día 28 de marzo del año en curso, en el diario ‘Perú 21’ que Ollanta Humala está en el primer lugar de las encuestas; me causa terror.
Al margen de lo que yo pueda pensar respecto a mi preferencia electoral, me hago la siguiente pregunta: ¿a quienes han encuestado esta gente? Y lo digo, porque estoy cansado de preguntar a mucha gente por quien van a votar y la mayoría me dice por PPK.
En la mañana cuando estaba comprando el periódico, se retiraba un hombre de edad más o menos avanzada (70 años aproximadamente) del kiosco de periódicos con su diario en mano diciendo las siguientes palabras en voz alta: “¡Qué bien; Humala primero, para que meta a la cárcel a todos los rateros!” me pregunto: ¿Cómo pueden existir personas que basándose en un resentimiento con signos de impotencia, pongan en peligro el desarrollo sostenido de nuestro país? Estoy completamente seguro que si a este señor lo ponemos en un cargo público de importancia, sería el primero en robar dinero del Estado. Porque es así; los que reclaman, son los que quisieran estar en los zapatos de ese funcionario corrupto, para ganarse ese dinerito mal habido.
Me da mucho miedo que Humala sea presidente, porque no podemos estar guardando rencor a las personas que tienen empresas y han sabido salir adelante con una visión empresarial que los ha colocado en una buena posición económica. Si se me puede considerar una persona de ultra derecha, que está a favor del neoliberalismo, en buena hora, si esto saca adelante a un país.
No sé mucho del tema, pero creo que sacando conclusiones lógicas, se puede entender el asunto. Escucho decir siempre, que en los lugares alejados de la capital, en los cuales se establecen empresas altamente rentables, los habitantes del lugar no reciben el beneficio deseado para alcanzar sus expectativas, aún existe extrema pobreza en esos sitios. Quiero entender el asunto, tratando de analizar un poco:
Las empresas al establecerse en esos lugares, dan empleo a los lugareños, con sus respectivos beneficios sociales. Los nativos del lugar de acuerdo a sus capacidades, ocupan los puestos en las empresas. Las empresas pagan impuestos sobre sus ganancias al Estado. Las empresas, aún cumpliendo con todas sus obligaciones, tienen un alto margen de ganancia. Pero sigue existiendo la extrema pobreza en la zona. Pregunta: ¿Las empresas tienen que distribuir riqueza concretamente a las personas de extrema pobreza del lugar? ¿No es que existe un gobierno regional, encargado de usar el canon para solucionar la extrema pobreza de la localidad en mención? ¿O es que las empresas tienen que hacer el papel del Estado?
El problema (creo) no es que existan las empresas rentables en la zona. El problema es que existe un estado ineficiente. Y tampoco creo que la solución sea clavarles más impuestos a las empresas de sus “sobre ganancias” porque esto implicaría engordar más a un estado ineficiente.
Sin ánimo de ser alarmista, pienso que en un eventual gobierno de Humala, y al transcurrir el tiempo, se produzcan acontecimientos negativos para nuestra nación. Esto podría desencadenar un golpe de Estado. Pero un golpe de ultra derecha, tipo Pinochet en Chile. Esperemos que nos quede un poco de conciencia para poder elegir bien, y que nuestro país siga con el rumbo trazado.
Andrés Arbulú Martínez
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