Cuando los niños no aceptan el divorcio de sus padres
Una de las realidades de los matrimonios de hoy en día es que, cuando tienen hijos, la noticia del divorcio produce horror a los niños, tengan la edad que tengan.
Tal vez sea fácil entender la reacción de un niño de cinco años de edad, de 10 o hasta de 15 años, al enterarse del divorcio de sus padres, pero ¿qué pasa cuando se tienen 35 años de edad y unos padres a punto de divorciarse? ¿Es lo mejor para todos no?
Una de las razones por las que el divorcio es tan difícil de aceptar por los hijos es la dificultad de explicarles que sus padres ya no son felices juntos, pero que en algún momento lo fueron. ¿Se tiene que ser feliz todo el tiempo? ¿La familia cálida y acogedora fue una invención de la imaginación de los niños? ¿Hubo discordia y los niños no se dieron cuenta? ¿La familia feliz fue un fraude?
Otra razón es que los hijos entiendan que no quedarán desamparados o que no perderán el amor del padre que tendrá que irse de casa. Además, pueden preocuparse por pensar que quizá ninguno de los padres pueda cuidar de ellos, ahora que comienzan una nueva vida, o que tendrán que hacerse cargo del hogar en caso de emergencias médicas, por ejemplo.
También es que no quieren estar en una situación de “lealtad dividida”. “¿Me van a pedir que tome partido por uno u otro de ustedes?”, “¿Tendré que decirles que tienen razón, que entiendo porqué se separan aunque no sea verdad?”, son algunos de los pensamientos que pueden cruzar por la cabeza de los niños.
Después de eso, hay que considerar la comodidad de lo “familiar”, es decir, todas aquellas actividades que realizaban juntos (padres e hijos, o padres, hijos, tíos, etc.). El divorcio es una situación que pone las cosas al revés, por tanto, la vida puede lucir bastante aterradora para los niños y también para los adultos.
A los niños les parece que el matrimonio de sus padres puede ser tan fundamental como lo son las actividades cotidianas. Entonces ¿cómo debe enfrentar un hijo adulto el futuro ante el divorcio de sus padres?
Para ayudar a tus hijos a enfrentar el divorcio, tienes que demostrarles que estás bajo control. Evita que ellos piensen que te estás cayendo a pedazos o que estás a la deriva. También evita muestras de una emergencia financiera.
Si puedes sentarte tranquilamente frente a tus hijos y explicarles las cosas de la manera más sencilla posible y conforme a su edad (¿qué planes hay para los siguientes meses? ¿hay algo para el futuro? ¿cómo se enfrentará todo emocionalmente?), puedes proporcionarles una gran tranquilidad.
En segundo lugar, no entres en detalles de lo que sucedió en el matrimonio para que se diera el divorcio. Tus hijos tienen derecho a saber lo que pasó, aunque también tienes derecho a guardarte ciertas cosas. Ellos deben ser protegidos del daño psicológico que produce escuchar una letanía de las maldades de su padre o madre o de una recitación de los errores y culpas de cada uno. No los obligues a tomar partido por ti o por tu ex cónyuge.
En tercer lugar, después del divorcio, incluso si tienes muchos asuntos que resolver, procura que éstos no estén antes que tus hijos. Tú sigues siendo parte de su vida.
En cuarto lugar, hazles entender que estás seguro de querer el divorcio y que no es una decisión apresurada, ni mucho menos es el fin del mundo. Simplemente quieres el divorcio y eso es todo. Diles que las cosas estarán bien.
Si tú y tu ex pareja pueden permanecer en una relación amistosa, ¡qué mejor! Ahí tienes una ventaja. El punto es que tus hijos sientan que no tienen que elegir a cuál de ustedes pueden invitar a su casa, al cumpleaños del nieto, a la cena de Navidad, etc.
Y si aún así no pueden aceptar las razones de tu divorcio, hazles saber que estás seguro de lo que vas a hacer.
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