Boda y rocanrol
Mi mamá estaba asustada al ver la invitación púrpura que llegó a la casa. Tenia unas letras doradas, brillantes, con tipografía courier new dorada un verso de los Caifanes. Cuando veo a través del humo, me voy volando y tú eres mi guía; Entre los mundos nos haremos viejos, donde algún día estaremos tranquilos. Nos citaban a mis padres y a mí para celebrar la boda de mi tía Lucy con el que ahora es mi tío Nacho. Era la primer boda a la que mis papás no querían asistir y yo sí. La verdad mi tía Lucy me cae muy bien porque es roquera y cuando voy de visita a su casa siempre me deja tocar su batería e inventamos canciones raras.
–Aunque no se casen por la iglesia, por lo menos el Nacho ese mi hermana es carita y tiene dinero— le dijo mi papá a mi mamá mientras manejábamos a la hacienda de los papás del tío Nacho. –Se quieren y son igual de roquerones— le contestó mi mamá. Estaba seguro que la boda de mi tía sería un gran reventón. Mi mamá me obligó a usar saco, por lo menos pude convencerla de traer pantalones de mezclilla, casi todos los invitados andaban vestidos con mucha onda, algunos con vestuarios extravagantes. Mi tía Lucy corrió a abrazarme en cuanto me vio, soy su consentido del mundo mundial, así me dice ella.
Tocaron grupos excelentes de rock, mi tía siempre se ha codeado con muy buenos músicos y muchos estuvieron felices de tocar en su boda, muchos de ellos ya eran mis favoritos porque mi tía siempre me pasa discos y videos de cosas nuevas, incluso pude conocer a los da punto beat, un grupo legendario del dance, que me encanta. También hubo un show de cirqueros europeos al ritmo de dos DJ de Londres que tocaron increíble, nadie podía estar sentado.
Claro que mis papás y toda la familia se retiraron temprano, ya que están acostumbrados a las bodas llenas de cumbias y tradiciones, yo me quedé hasta el final junto con otras dos primas de mi tía Lucy que bailamos como locos hasta que salió el sol.
Lorena Somocurcio
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