El perfume, ¿un regalo para toda la vida?
El perfume es un artículo sumamente personal. Todos hemos atravesado alguna vez esa triste experiencia cuando nos regalan un perfume y no es el que nosotros queríamos. Por este motivo, es una excelente idea aprovechar cuando encontramos esa fragancia que nos gusta a un precio razonable, generando una excelente oportunidad de compra. Sin embargo, es necesario aclarar que el perfume es un ente "vivo", que reacciona a nuestra piel, y a las condiciones en que se lo usa. He aquí algunos consejos para conservar esos perfumes que tanto amamos la mayor cantidad de tiempo posible.
En primer lugar, es necesario destacar que perfume no dura toda la vida. Como cualquier otro producto biológico, tiene una fecha de caducidad. La razón es muy sencilla. Muchos de los componentes empleados en su elaboración provienen de animales o vegetales, y como toda sustancia orgánica son susceptibles de sufrir degradaciones con el simple paso del tiempo. Por este motivo, por más que consigamos un precio excelente para ese perfume que amamos, no conviene comprar más que lo que podamos consumir a lo largo de un año pues aproximadamente es a partir de este período que el perfume comienza perder sus propiedades.
Otro factor que debemos considerar es que el perfume, químicamente hablando, es una solución. Se trata de distintas sustancias (esencias, principios activos y colorantes) en suspensión en una mezcla de alcohol etílico y agua. Por este motivo, tenderá evaporarse, llevándose consigo las preciadas sustancias que le otorgan esa fragancia distintiva que tanto nos gusta. Los perfumes cuyo frasco viene con un vaporizador son los más difíciles de conservar, pues en pocas oportunidades el mismo cerrará de forma hermética, aún cuando le coloquemos la tapa.
Es sumamente recomendable dejar el perfume en su envase original, es decir en su cajita o contenedor. De esta manera estaremos protegiendo de la luz solar que también contribuye a la evaporación y la degradación de este producto. Además deberemos buscar un sitio oscuro y a temperatura ambiente (ni muy cálido ni muy frío) para la conservación del mismo. Las temperaturas elevadas suelen ser uno de los peores enemigos de la preservación de la fragancia original. Por todos estos motivos lo mejor es dedicarse a disfrutar de esos perfumes que adoramos, aprovechando el momento de su esplendor, y sacándoles el máximo provecho mientras la vida útil de estas frágiles fragancias nos lo permita.
Andrea Andorra es asesora de belleza para http://www.perfumesandorra.com, tu tienda online de perfumes y cosméticos.
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