Cómo educar a los hijos en edad escolar
Sabemos que el papel que cumple la escuela es primordial en la construcción de un país para que este sea más desarrollado, tenga una sociedad más justa y tenga un futuro mejor para todos los ciudadanos.
Esto se logra a través de valores y saberes, con el apoyo diario de las familias, y los docentes quienes transmiten a las nuevas generaciones, saberes culturales que son parte del patrimonio de un país.
Por lo tanto, el Estado asume esa responsabilidad reconociendo a la Educación como una herramienta imprescindible para recuperar una educación de calidad que permita que tanto niños como jóvenes tengan la capacidad de participar como ciudadanos en un mundo muy complejo.
Estos nuevos participantes activos deberán tener los conocimientos necesarios para incorporarse a la sociedad a través del trabajo digno y su aprendizaje permanente.
Para que el proceso de aprendizaje de nuestros hijos sea exitoso, es necesario el compromiso de los maestros y profesores y de las familias propiamente dichas.
En miras de ese compromiso, planteo a los padres una forma de realizarlo:
¿Cómo acompañamos a nuestros hijos?
En el jardín
- Preguntamos cada día qué hicieron en el Jardín y escuchamos con atención lo que cuenta
Para pensar:
¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos sepan cuánto los valoramos?
- Los invitamos a mirar y a conversar sobre la naturaleza, los animales, las plantas, el cielo, las estaciones del año, etc
- Jugamos con la imaginación, a hacer de cuenta que…, una caja puede ser un barco pirata, un tren o una casa
- Jugamos juegos con reglas como el domino, las cartas, el ludo, las damas
Para pensar:
- ¿A qué juegan nuestros hijos?
- ¿Qué otras opciones les podemos ofrecer?
- Les contamos cuentos.
- Les podemos leer un libro o contarles historias que recordamos o inventamos
- Compartimos con ellos juegos de nuestra infancia
- Los invitamos a dibujar
- Los garabatos y los dibujos son el primer paso para la escritura
De 1° a 3° grado de primaria
- Les alentamos cuando algo no les sale bien o les resulta difícil
- Todos los días miramos sus cuadernos y carpetas y hablamos sobre lo que aprenden en la escuela
Para pensar:
- ¿Cómo hablamos con los chicos?
- Buscamos oportunidades para que lean y escriban: listas de direcciones, invitaciones de cumpleaños o cartas a la familia; para que hagan cuentas: cálculos para un vuelto o para una receta
Para pensar:
- ¿Cómo hacemos para que los chicos tengan tiempo para el estudio y la tarea, para el descanso y el juego?
- Todos los días organizamos con ellos la tarea escolar: la persona que acompaña, el lugar, el horario, los útiles y lo necesario para el trabajo en clase al día siguiente
- Hablamos con los docentes si estamos preocupados, o si queremos saber cómo les va a los chicos en la escuela
- Compartimos con entusiasmo lecturas, cuentos y conversaciones
Para pensar:
- ¿Cómo aprenden los chicos?
- Muchos aprendizajes se dan en un proceso a lo largo de toda la escolaridad
- Buscamos juntos información en los diarios, las revistas, las bibliotecas, la radio, la televisión sobre aquello que les interesa, o consultamos a personas que saben del tema
- Un poco cada día: acostumbrarse a una rutina diaria de estudio ayuda a que no quede mucha tarea para último momento
Para pensar:
- ¿Cómo nos acompañaban nuestras familias cuando éramos chicos?
- ¿Qué nos gustaría hacer con nuestros propios hijos e hijas?
- El cine, el teatro, los libros y la música son estímulos para aprender más: sobre una época histórica, sobre otras culturas y otros temas
- Exploramos la naturaleza: los ciclos de las estaciones y de la luna, los paisajes, los seres vivos
De 4° a 6° grado de primaria
- Nos mantenemos al tanto de lo que les pasa en la escuela. Por ejemplo, cuando al llegar a casa o antes de ir a dormir les preguntamos cómo les fue y qué hicieron ese día en clases y con sus compañeros y compañeras
- Entre 4° y 6° grado, los alumnos hacen trabajos en equipo: presentan informes, investigaciones y otras producciones.
- Podemos ayudarlos a organizar los encuentros del grupo
Para pensar:
- ¿Cómo les demostramos nuestra confianza en su capacidad para aprender a estudiar?
-El cariño que sentimos por los chicos también se refleja en el modo en que les hablamos cuando algo no les sale bien y les aportamos ideas para mejorar
- La conversación nos permite intercambiar experiencias y conocer las ideas y los sentimientos de unos y otros. Así nos conocemos y aprendemos a escuchar y a valorar opiniones diferentes de las propias
Para pensar:
- ¿Cómo se organiza nuestra familia para acompañarlos en el momento de hacer la tarea?
- ¡ Ojo ¡ No hacemos la tarea por ellos ni les damos la solución. Si tienen dudas y no sabemos cómo ayudarlos, pueden anotar las preguntas en un cuaderno borrador para consultarle al maestro o a la maestra al día siguiente
- Cuando los chicos ven que valoramos el trabajo de sus maestros y maestras, sientes más confianza
- La confianza es clave par aprender
- Al planificar juntos los tiempos para la tarea, facilitamos el desarrollo de una actitud positiva frente al estudio
- Los ayudamos a organizar el “espacio para estudiar”: una mesa que se limpia de cosas antes de la tarea, un estante o una caja para los útiles, libros, cuadernos y carpetas
Para pensar:
- ¿Cómo los entusiasmamos con el estudio?
- Podemos ir a las reuniones que organiza la escuela, pedir entrevistas con los docentes, conversar sobre lo que hicieron…
- Hay muchas maneras de participar en la escolaridad de los chicos
- A veces, podemos completar y ampliar la información que se trabaja en la clase visitando ferias, mercado, museos, bibliotecas o haciendo paseos al aire libre
Para pensar:
- ¿Cómo los ayudamos a sentirse seguros cuando tienen evaluaciones en la escuela?
- Podemos proponerles que revisen los resultados obtenidos y los pasos que siguieron antes de entregar los deberes o los trabajos en clase
- Cuando los felicitamos por sus logros, también los motivamos para que continúen con su esfuerzo
En la secundaria
- La transición hacia una nueva escuela o nivel va acompañada de expectativas, temores y dudas.
- Nuevos profesores y compañeros, otros espacios físicos; muchas demandas distintas: de la escuela, de los amigos, de la casa
- Nuestros hijos, durante la adolescencia, cambian tanto físicamente como en la forma de sentir y de pensar
- Por el motivo anterior, es habitual que estén preocupados, atemorizados o desorientados
- Dialogar, conversar sobre estos temores y compartir los sueños y deseos, los ayuda mucho
Para pensar:
- ¿Cómo nos trataban los adultos cuando éramos adolescentes?
- ¿Qué quisiéramos para nuestros hijos e hijas?
- ¿Cómo podemos encontrar momentos para charlar, escucharlos, compartir nuestros valores y elecciones de vida?
- Estudio, deportes, aire libre, arte, descanso, amigos, familia…
- Los estudiantes necesitan una variedad de actividades y vínculos, esto beneficia su salud mental y física
- Conversar sobre estos temas puede ser una gran ayuda para ellos
Para pensar:
- ¿Con quién contamos para pensar juntos?
- ¿Cuáles son nuestros temores y dudas frente al desafío de acompañar a nuestros hijos e hijas?
- ¿Recurrimos a los docentes y directivos?
- ¿Nos comunicamos con otros padres que esté en la misma situación, para no sentirnos tan solos?
- Tengamos en cuenta que en esta etapa los estudiantes están probando, buscando quiénes quieren ser, a quién parecerse, que les gusta hacer…
- Los adultos ayudan cuando les hacen saber que son aceptados y queridos por lo que son, no por lo que parezcan, tengan o hagan
- Las familias son sostén y fuente de cuidados aun cuando nuestros hijos e hijas son más autónomos y toman más responsabilidades…
- Las familias son responsables legalmente por ellos hasta que cumplan 21 años
- Tener confianza
- En la vida de cada estudiante es fundamental la confianza en las posibilidades de aprender, tanto de él mismo como de los adultos que lo rodean
- Es necesario conocer distintas metodologías de estudio, para elegir la mejor para cada momento, materia y personalidad
Para pensar:
- ¿Será verdad que los problemas entre compañeros se resuelven entre compañeros?
- ¿Es positivo que los adolescentes empiecen a resolver sus conflictos de modo más autónomo?
- ¿Qué acompañamiento necesitan para tomar decisiones o para encontrar distintos modos de resolver conflictos?
- ¿De qué manera puede intervenir un adulto en aquellos conflictos que angustian mucho o que involucran algún tipo de violencia?
- Preparar un espacio donde estudiar y hacer las tareas escolares
- Cualquier rincón de la casa puede convertirse en un espacio para estudiar, si se tienen los útiles a mano, los libros o textos necesarios, y la posibilidad de estar tranquilos por un rato
- Aprender a organizarse
- Hacer la propia agenda, teniendo claras las tareas y el tiempo destinado a estudiar para las distintas materias y evaluaciones
Para pensar:
- ¿Será verdad que al que le va mal un año le va mal en el resto de la escolaridad?
- ¿Son parecidas todas las historias?
- ¿Hay posibilidades de cambiar durante la pubertad y la adolescencia?
- ¿Se puede aprender a ser un buen estudiante aunque antes no lo haya sido?
- No dejar cosas para último momento
-Planificar las tareas y el estudio es parte de la responsabilidad del estudiante
- Las familias colaboran cuando preguntan si hay algo importante o si necesitan alguna ayuda
- En esta etapa, los estudiantes comienzan a hacerse responsables por tomar apuntes
- Las carpetas son materiales de mucho valor: contienen la historia de lo elaborado en clase y son una fuente para el repaso y el estudio
Fuente: Ministerio de Educación de Buenos Aires
Por: Carola Pozo Cortez
www.planetaservicioseducativos.com
Lic. Carola Pozo Cortez
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