Que Dios nos ilunine
Yo creo que todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas, la inquietud de escribir acerca de cualquier circunstancia que podamos estar atravesando. Estos acontecimientos pueden ser gratos o ingratos; pero generalmente son los ingratos, que nos incentivan más a escribirlos. Algunas personas no se atreverán a hacerlo, otras sí. Y en ciertos casos se puede descubrir una cualidad oculta en nuestra persona. A veces en la adolescencia y con el primer enamoramiento, -los hombres más que nada - se vuelven escritores compulsivos.
En mi caso, se despertó esta necesidad, después de haber terminado de estudiar Teología. Al encontrarme colaborando en una parroquia y observar singulares comportamientos en los miembros de la Iglesia Católica, escribí mi primer ensayo sobre esta realidad, el cual titulé “Testimonios de Pastoral”. Luego hace dos años aproximadamente, un amigo me pasó el dato que en Internet, existía un sitio en el cual, cualquier persona podía escribir y colgar sus escritos en forma de artículos, y le metí mano al asunto. Hasta la fecha he escrito un poquito más de 400 artículos.
Empecé a escribir de todo un poco. De repente empecé a comentar sobre programas de televisión, primero los de la farándula limeña, luego los políticos, algunos pasajes de mi vida personal – tanto presente como pasada - y sin darme cuenta me estaba metiendo más, en asuntos políticos.
El calor y furor de la última campaña electorales – tanto para alcaldes, como para presidente – me introdujeron en una pasión desenfrenada por escribir todo lo que estaba observando. Y descubrir también mi tendencia política; la cual se inclinó hacia la democracia cristiana liberal, por infinidad de razones.
Lamentablemente mi temperamento siempre ha sido apasionarme por las cosas; y en cuanto le metí mano a la computadora para escribir sobre política, no pude darme cuenta – hasta hoy – que para escribir y meterse en el mundo de la política, la pasión tiene que ser moderada, porque si no, sales lastimado. Eso es lo que he aprendido al final de este proceso electoral.
Muchas son las cosas que he aprendido de política en estos meses de campaña electoral. Saber tener una pasión moderada, saber dialogar en discrepancia alturada con personas que no piensan como nosotros, saber también, que la amistad es más importante que nuestras ideologías políticas y sobre todo, que me falta aprender muchísimo sobre política.
Para finalizar este artículo y como buen demócrata, quiero felicitar a todos los integrantes de la agrupación política ‘Gana Perú’ a todas las personas, que sin ser miembros de este partido, apostaron por esta opción. Felicitarlos por el triunfo obtenido en las urnas. Y también pedirle a Dios que ilumine a nuestro ya elegido presidente, para que no detenga el crecimiento económico de nuestro país; para que efectivamente llegue la ayuda a tantos compatriotas en extrema pobreza, para que de esta manera, ya no sientan rencor por el que tiene más recursos económicos.
Por mi parte, seguiré opinando sobre política – porque ya me picó el bichito – seguiré desde mi pequeña trinchera, custodiando la democracia. Denunciando de una manera alturada, todo intento por destruirla. Y a su vez felicitando y aplaudiendo toda medida que ayude a fortalecerla. Felicitaciones nuevamente a los vencedores y que Dios nos ilumine.
Andrés Arbulú Martínez
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