La Costa Brava, de sus hoteles a los paisajes submarinos
La Costa Brava catalana es sol, en los mejores meses de verano, y mar Mediterráneo domado y encerrado en calas. La costa Brava se abre en una naturaleza atractiva que reclama la mirada del visitante, en cada vuelta del camino, en cada rincón, en cada paisaje.
Pero son las actividades deportivas subacuáticas las que permiten disfrutar de todo en uno: Naturaleza, calas, buen tiempo, agua y paisajes, terrestres y submarinos. Una opción diferente para quien se aloja en cualquiera de los hoteles de la Costa Brava.
Para los amantes de las actividades subacuáticas, la Costa Brava es una meca para disfrutar de las mejores y más seguras inmersiones que se pueden efectuar en el perfil costero de este país. Cómodamente instalados en un hotel en Costa Brava, las mejores aventuras submarinas están a nuestros pies, nunca mejor dicho, al alcance de una inmersión.
Una de las inmersiones más espectaculares, sencillas y accesibles que se pueden realizar en la Costa Brava, en una única o en varias jornadas, es la que nos lleva al entorno de 'Les Ullastres', tres islotes submarinos sumergidos a apenas 500 metros de Llafranc, en el municipio de Palafrugell, al norte de la Platja d'Aro.
'Les Ullastres' son una sucesión de picos submarinos encadenados de noroeste a sureste a medio kilómetro de Cap Sant Sebastiá, la protección natural del puerto de Llafranc. La histórica salvaguarda del viento de levante, del este, o de los aires fuertes y violentos de la tramontana del norte.
Ninguno de 'Les Ullastres' tiene cotas de inmersión superiores a los doce metros y son fácilmente accesibles con las condiciones habituales del tiempo atmosférico y del mar en la zona. La visibilidad es buena cuando no ha habido tormentas cercanas en el tiempo, a veces con visibilidades que rondan los cincuenta metros en algunos puntos donde el agua marina circula mejor.
Toda la información básica sobre las inmersiones se puede encontrar a partir de las que proporcionan los servicios de recepción de los mismos hoteles de la Costa Brava, como sucede con la información que puede aportar cada una de las oficinas de información turística.
En cualquier caso, y a pie de obra, a pie de playa, el mismo Llafranc cuenta con dos centros de inmersión que proporcionan toda la información y asesoramiento para desarrollar la actividad y hasta el alquiler de los equipos de buceo.
Ninguna de estas islas submarinas tiene nombre, normalmente se las conoce por su numeración, del uno al tres, la primera, la más cercana y protegida de la costa; el dos y el tres, más allá, cubriendo una distancia de unos pocos centenares de metros.
El primer 'ullastre' tiene una cota de inmersión de doce metros, y es el que se propone a los buceadores menos iniciados, porque tiene la ventaja de que la costa cercana del cabo le ofrece el beneficio de la regulación de las corrientes que en su entorno están menos activas. La cima es una superficie plana bastante extensa que sorprende al submarinista por su regularidad.
En ella, crecen gorgonias rojas y amarillas que dan viveza y color al entorno de la inmersión. Entre ellas, pululan sargos y mojarras, además de otros peces pelágicos propios de esta parte del Mediterráneo. La base de la meseta del primer 'ullastre', en lo que es el lecho del fondo marino de la costa, alcanza los 27 metros de profundidad.
El segundo 'ullastre' tiene una configuración distinta, formada por dos picos, al norte y al este. El más alto a sólo 8 metros de la superficie, pero con un fondo que supera por poco los 40 metros. Entre los dos, la grieta que los separa llega a los 35 metros de la superficie.
Es en las hendiduras de las paredes de los dos picos donde el buceador puede buscar congrios parapetados en sus madrigueras, ocasionalmente entre pequeños 'candelabros' de coral rojo. Un atractivo, que, por sí sólo, justifica la misma inmersión.
El tercer 'ullastre' es el que resulta técnicamente más complicado para los buceadores. Se encuentra más expuesto al mar abierto y forma una única masa que se alza hasta los nueve metros por debajo de la superficie. Tiene dos escalones, uno que baja a los 45 metros, y otro, en el lado norte, que lo hace más allá de la cota de los 55 metros.
Aquí, por la peculiar orografía del fondo, por las corrientes, se pueden ver, además de a los congrios, a los sargos y a las omnipresentes mojarras, a algún espetón, o mejor, a un mero despistado que nos deleitará con su gesto aburrido y sus nadares parsimoniosos. Con 'Les Ullastres', la aventura sólo comienza.
Actividades en la Costa Brava: turismo de calidad.
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