¿A qué llama el hombre "su vida"? La vida que yo mismo escogí
El valor de nuestra vida, de la vida de cada uno, la determina en definitiva cada uno. Nuestra existencia está caracterizada por cómo nos hemos comportado frente a nuestros semejantes, frente a los animales o a la naturaleza en general. Así mismo nuestro comportamiento viene dado por nuestro propio mundo de pensamientos, sentimientos o sensaciones. Todo eso en conjunto se convierte en la caracterización de nuestro cuerpo, es decir todo eso ha determinado poco a poco quienes somos. Eso es el hombre y correspondientemente también el alma.
La vida terrenal de una persona consta por tanto de sus grabaciones personales, es decir de lo que pensó y habló, de lo que piensa y habla, ya que todo queda registrado y eso tarde o temprano nos determina. Con el tiempo eso mismo forma la personalidad individual, que también se puede llamar ley personal, porque está ajustada y adecuada a la persona, a lo personal. Ése es entonces el valor personal del ser humano y es lo que determina su comportamiento. Esa es su trayectoria personal y a eso llama él su vida. El individuo hombre marca con sus grabaciones específicas, su trayectoria, que él hace en su cuerpo y en su alma. De ello se deriva lo que la persona tiene que aprender o sufrir en la Tierra y luego el alma en el más allá. Ésa es la ley de Acción y Reacción, llamada también ley de Causa y efecto o de Siembra y cosecha.
Según la ley de Siembra y cosecha, cada cual sólo cosechará lo que él mismo ha sembrado, y eso lo llama el hombre «su vida». En base a esa trayectoria compuesta por cosas positivas y negativas, en el transcurso de los años se desarrollan alegría y sufrimiento y a pesar de ello hay quien se resiste a aceptar los golpes del destino, las necesidades y las enfermedades como algo por lo que él mismo tiene que responder. Por último no nos queda otra que admitir que a cada uno sólo le alcanzan las cosas negativas que corresponden a nuestras grabaciones personales.
Cada persona determina por tanto su trayectoria, lo que denomina “su vida”. Sin embargo no hemos de pasar por alto que no se trata de una vida superior, es decir una vida cósmica universal, sino que es una vida condicionada por las circunstancias de cada uno, que como se ha dicho, determina cada uno. Lo divino, el ser eternamente infinito, la vida de los cielos, en cambio es intransformable y no está al alcance de la persona egoísta, estrecha de miras y con voluntad propia egoista. Dado que la Ley universal, Dios, lo Absoluto, es completamente bueno, lo que se desea y se quiere desde lo puramente mundano proveniente de la voluntad propia dominante y del egoísmo, sólo puede ser malo, es decir nocivo.
Radio Santec
Teresa Antequera Cerverón
73891412-W
www.radio-santec.com
Registro automático