Carta a los cirujanos del Perú y el Mundo
III¡Saludo tus Ojos de Águila!, y tu mirada de Lince que te permiten ver los tortuosos vericuetos de la desafiante Anatomía anegada de Tumores, y enfermedades. ¡Saludo tu Corazón de león! y tu Bravura que te hace fuerte y grande, frente a los sangrados, adherencias y los imponderables.¡Saludo tus Manos de Mujer! que te hacen terso, humano y generoso ante el fiero dolor.¡Saludo tus manos ensangrentadas! que representa el triunfo de la Cirugía.¡Saludo tu Ciencia, tu Arte y tu FE!, porque en algún recoveco del Alma, acrisolas una plegaria, que en esta lucha, siempre es necesaria¡Saludo tu Prudencia… cual Cigüeña!, con la que conjugas tu innata Vehemencia.¡Saludo tu Sabiduría…cual Delfín!...¡Saludo la Velocidad…cual Gacela! De tus reflejos.¡Saludo la Orientación…cual Paloma! De tus decisiones¡Saludo tu Olfato…Cual Cánido!..Para preveer los Riesgos.¡Saludo tu Adrenalina! Fragancia perpetua en tu Vida &nbs p; &n bsp; &nbs p; &n bsp; &nbs p; &n bsp; &nbs p; IILa vida de un Cirujano, es una Vida ciertamente bella y excelsa, reposa sobre los impolutos cojines del Sacerdocio y el Apostolado, Viven como todo Hombre, en medio de defectos y virtudes, pero en el Quirófano…son tocados por Dios, con una fuerza arrebatadora que hace de acero sus cuerpos y de oro sus almas &nb sp;   ; & nbsp; &nb sp;   ; &n bsp; &nbs p; Es una vida ciertamente excelsa, Transita humedecida de adrenalina, por los coloridos páramos de la Osadía y la bravura, Se multiplica y regocija en la felicidad de sus pacientes y cuando llega la Hora del Final, nadie puede con mas Calma y tranquilidad, dormirse en la noche suprema, le bastará escuchar , los ecos del Silencioso Tejido del Espíritu y susurrar a su Conciencia que en este Mundo ha hecho mas bien que mal y que en este Valle de Alegrías y Tristezas, de Grandezas y Miserias, sus Manos ensangrentadas han aliviado mas sufrimientos que los dolores que ella haya podido causar y… cual Clavel o una Rosa…¡ Ha vivido lo que viven los claveles y las Rosas!. & nbsp; &nb sp;   ; & nbsp; &nb sp;   ; & nbsp; &nb sp;   ; & nbsp; &nb sp; I Yo era un Hombre alegre, vehemente y feliz, pero hubo en un año, un día que me arropó la tristeza y heredé la escafandra de un Condenado a Muerte, que sólo esperaba su turno, pero al final recuperé mi Vida, Bendecido por Dios, en un Quirófano y en las manos ensangrentadas de los Cirujanos. &n bsp; &nbs p; &n bsp; &nbs p; &n bsp;
Miguel Palacios Celi
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