La Ruta de los Puentes en Madrid
Más allá del Palacio Real, la Fuente de Cibeles y la Puerta de Alcalá existe una ciudad romántica y original que aguarda con múltiples sorpresas a quienes estén dispuestos a abandonar las rutas turísticas tradicionales. Atravesada por los ríos Tajo, Jarama y Manzanares; es prácticamente imposible imaginar el perfil de Madrid sin sus puentes monumentales que regalan un verdadero viaje en el tiempo.
De los primeros puentes madrileños provenientes de la época romana apenas queda la memoria. Sin embargo, con la llegada del medioevo los puentes renacieron con nuevos bríos ostentando el singular encanto de las piedras desnudas. En la actualidad la Comunidad de Madrid conserva decenas de puentes antiquísimos pero realmente no es necesario salir de la ciudad para apreciar estas bellezas arquitectónicas.
Puente de Segovia: Perfecta conjugación entre pasado y presente
Sobre el río Manzanares se levanta el puente más antiguo de Madrid que conecta el Paseo de Extremadura con la calle de Segovia, de la cual toma el nombre. Construido a finales del siglo XVI, su principal función era la de facilitar la entrada a la ciudad por lo que se necesitaba una construcción sólida y bella al mismo tiempo. La solución fue perfecta: nueve arcos de estilo renacentista cuyo tamaño va decreciendo y entre los cuales están intercalados tajamares con peculiares remates cónicos.
Recientemente el puente de Segovia fue objeto de una remodelación paisajística que le ha conferido un aspecto aún más atractivo. Se realizaron cuatro estanques artificiales con fuentes que lanzan al aire 16 chorros de agua y a cada lado del puente se situaron dos isletas artificiales circundadas por relajantes paseos adornados con pinos.
El encanto romántico del Puente de Toledo
Al seguir el cauce del Manzanares será inevitable no remontarse a pleno siglo XVIII. El perfil barroco del puente de Toledo con sus sólidos tajamares de granito y sus coquetos balcones que sobresalen hacia las aguas del río conforman una atmósfera romántica de tiempos pasados. En las noches este encanto se sobredimensiona gracias a sus 18 farolas que lanzan suaves destellos ambarinos.
Actualmente este puente, que conecta la glorieta de Pirámides con la glorieta del Marqués de Vadillo, está cerrado al tráfico por lo que se puede pasear tranquilamente. No olvides detenerte ante los dos templetes dedicados a los patrones de Madrid, verdaderas obras de arte de estilo churrigueresco en las cuales el barroco ha sido llevado a su máxima expresión a partir de una decoración profusa.
El Puente de la Culebra: Originalidad en estado puro
En la Casa de Campo, un parque público de Madrid, se erige uno de los puentes más peculiares del mundo considerado como una obra extraordinaria del barroco, incluso a pesar de su sobriedad decorativa. Aún hoy el puente de la Culebra continúa asombrando a todos los visitantes con sus formas curvas que se extienden por 32 metros de largo en un sorprendente espectáculo de luces y sombras.
Desde el mismo momento de su inauguración, esta formas tan peculiares le confirieron al puente una finalidad más decorativa que práctica ya que a finales del siglo XVIII ningún carruaje habría podido pasar exitosamente el desafío de su configuración serpenteante y estrecha.
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