Fez, La Guardiana de las Tradiciones de Marruecos

Recorrer palmo a palmo la mayor zona peatonal del mundo, detenerse a comprar alguna artesanía en los pintorescos zocos o descubrir la deslumbrante belleza arquitectónica de la ciudad imperial; estas son solo algunas de las propuestas con las cuales Fez atrapa a sus visitantes. Considerada como el epicentro cultural y religioso de Marruecos, Fez es un entramado laberíntico de callejuelas medievales donde las antiguas tradiciones aún brillan con todo su esplendor.

Fez el-Bali: Donde se vive el medioevo

Fez es una ciudad detenida en el tiempo que recuerda una antigua época de gloria. Fundada en el siglo VIII, a finales del siglo XII llegó a ser la mayor ciudad del mundo, un centro cultural pujante donde se reunían lo mismo católicos que musulmanes con una meta común: el conocimiento. Por eso, no es extraño que a cada paso esta urbe te deparare un descubrimiento asombroso.

Cuando traspases sus imponentes murallas estarás entrando en una de las ciudades medievales más grandes y mejor conservadas de todo el planeta. Esta zona antigua es conocida como Fez el-Bali y está compuesta por más de 9.000 calles que se entrelazan formando un diseño enmarañado donde se esconden los famosos zocos y por las cuales aún transitan mulos que acarrean pesadas mercancías.

Mientras que en la mayoría de las ciudades europeas solo podrás imaginar cómo transcurría la vida medieval, aquí podrás experimentar hasta sus más mínimos detalles. Si te adentras en este mundo con los cinco sentidos alertas podrás escuchar el ruido del latón al doblarse, el sonido de los telares antiguos que continúan moviéndose incesantemente para producir coloridas alfombras e incluso podrás dejarte embargar por el intenso aroma de la piel seca o por los mil sabores del típico cuscús.

Los tesoros de Fez

Fez no es solo una ciudad de tradiciones sino que también es dueña de un tesoro arquitectónico poco común. El Palacio Real, Dar El Makhzen, es uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad cuyo aspecto exterior logrará quitarte el aliento. Sus siete puertas de tamaño colosal lanzan al aire destellos de oro enmarcados por miles de lozas de tonos esmeralda y zafiro que conforman inextricables figuras geométricas. Aunque el palacio no se puede visitar, bien vale la pena llegarse hasta allí solo para recrearse con su fachada.

La próxima parada será la Mezquita al Karaouine, uno de los complejos arquitectónicos más grandes de la ciudad cuyo diseño es una verdadera oda a la simplicidad y al buen gusto. Construida a mitad del siglo IX, su biblioteca llegó a ser una de las más importantes del mundo e incluso en la actualidad continúa atrayendo a diversos estudiosos que intentan descifrar los ejemplares únicos que allí se conservan.

El recorrido a la caza de los tesoros arquitectónicos de Fez no podría estar completo sin una vista a las medersas, las escuelas donde se enseña el Corán. Una de las más bellas y elegantes es la medersa Attarine en cuyo patio interior podrás revivir historias de las mil y una noches. Aquí todo ha sido diseñado y construido poniendo un cuidado especial: desde los mosaicos con frases del Corán hasta el delicado trabajo en cedro de la cúpula o los motivos floreales realizados en estuco situados en la parte superior de las paredes.

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