Despedida
Dante me escribe lo siguiente:
-“Estimado Andrés:
Oye, amigo disculpa si soy cargoso. Me prometiste enviarme una respuesta sobre ¿Qué sucedió con el poema LXV y Los pasos lejanos?, primero y segundo fotovideo que conseguimos – con mucho esfuerzo de tu parte -, subir a youtube, pues he venido expresamente a la cabina para ver si tenía una idea al respecto, pero sin resultado.
Otro si digo: Hermano (perdóname si es paranoia mía), tengo la sensación de “que algo sucedió conmigo”, porque te he notado telefónicamente sin tu entusiasmo característico para solucionar cosas y/o sugerir alternativas, tratando únicamente de ser atento. Ya te dije que, además de lograr lo que proyectaba, es una forma de colaborar contigo y la situación de crisis que me contaste. Desearía saber si ¿es a consecuencia de mis inevitables discrepancias con “yo opino” que, creo yo, son textos para comentar positiva o negativamente. Es decir, que no necesariamente quien los lee tiene que estar obligadamente de acuerdo. Cada ser humano es un mundo aparte y sería terrible que todos pensáramos igualito.
Si la cosa va por ahí, mi estimado Andrés, preferiría que me lo comunicases y, pienso que sabría comprender. Porque la sensación de evasiva, me preocupa profundamente y me hace pensar que, de repente, sin querer, he ocasionado un daño. Además tú eres ya un periodista cuasi profesional y objetivo en tus enfoques, por lo que – si ha habido algún problema – prefiero que me lo expongas claramente.
Pero… ja, ja, ja, ja, confiando en que solamente sean especulaciones que yo me hago y, a la espera de saber qué pasó con esos fotovideos que aparecen en youtube como ‘suprimidos por el usuario’, quedo de ti atentamente:
Dante”-
Después de recibir este correo electrónico, le digo a Dante que me espere un poco para darle la respuesta que tanto necesita. Le pido que me dé un par de días para pensar bien lo que quiero decirle. Y él me contesta:
-“Correcto, mi querido hermano, por supuesto. No vayas a tomarlo como cachondeo, por favor, pero siento un suspenso de novela. Créeme, en 48 años de trabajo en el medio, en un ambiente artístico, donde te encuentras, caray, con unos egos más grandes que la torre Eiffel, jamás – pese a eso – he tenido ni el más breve roce con nadie, ni el menor impase, ni nada por el estilo. Sin embargo, esta sería la primera vez y me da mucha pena porque como no somos perfectos, pues, somos susceptibles de cometer todo tipo de errores involuntarios. Porque los voluntarios, los que se dicen ‘sin querer queriendo’, suelo decirlos de frente, evitando tirar la piedra y luego esconder la mano. Por esto, de antemano mi estimado Andrés, te pido disculpas y te prometo entenderlo para que el factor causante no siga avanzando y termine allí nomás, agradeciéndote por supuesto los bellos gestos que Adriana y tú siempre tuvieron conmigo. ¡Suerte y muchos éxitos, amigos! Quedo entonces a la espera de tu gentil comunicación. Un abrazo: Dante.
Pd.- Lo cual, obvio, no creo, sin embargo que sea motivo de la supresión de los fotovideos sin aviso alguno, por los cuales pagué – un precio simbólico sí – pero pagué. Porque eso sí sería muy injusto, ya que el trabajo se respeta. Por lo que me niego a creerlo, amigo dejándolo solamente como una especulación muy personal, dado mi estado de sorpresa e incertidumbre”-
Después de pensar bien mi respuesta, para no herir su susceptibilidad y para terminar con esto que ya parece una novela – como el mismo me dice – le contesto lo siguiente:
Dante: no tienes porque pedirme disculpas, ni pienses que te siento un tanto cargoso. Pero a tanta insistencia me veo en la obligación de decirte la verdad.
¿Mentí?; sí, en verdad, mentí. Pero esas mentiras fueron con la intención de que tu persona olvidara de alguna manera nuestra relación amical; pudiéramos recordar con aprecio nuestros intercambio de opiniones y que cada quien siguiera con su vida e ideologías, como mejor le pareciera.
Déjame decirte también que no siento que haya pasado algo contigo y mi falta de entusiasmo al responderte por teléfono, se debió a que estaba de amanecida y me agarraste medio dormido. Y con lo referente a que todos no podemos pensar igual, te doy toda la razón. Lo que yo siempre he sostenido es, que si la lógica nos dice que 2 más 2 son 4; y a alguien se le ocurre de repente decir que 2 más 2 son 5. Entonces ya no es cuestión de decir que cada uno piensa de diferente manera ¿creo? Pero lo que sí es verdad, es que cada quien es libre de vivir en el error o en la verdad.
El relativismo, es arto conocido, nos dice que la verdad absoluta no existe. Y si esto fuera “verdad”, paradójicamente: “nuestra existencia, sería una ilusión” (Pero cada quien es libre de pensar como le parezca y todos no pensamos, ni sentimos igual).
Me da un poco de gracia pensar que sientes un suspenso de novela – no es para tanto -. No considero tampoco que esto sea un tipo de roce; porque no estoy molesto contigo, ni mucho menos. Simplemente tu piensan de una manera y yo pienso de otra.
Antes de entrar en detalle, quiero contarte algo:
En una oportunidad escuché responder una pregunta muy interesante a uno de mis profesores de teología. Un hombre muy preparado en cuestiones teológicas y filosóficas. La pregunta fue: -“¿La Iglesia nos prohíbe leer “El Código da Vinci”?”- no recuerdo literalmente la respuesta, pero recuerdo algo de ella:
La Iglesia no prohíbe nada. Pero la pregunta: ¿Es recomendable, (si soy católico) comprar un libro que enriquecerá a alguien que ataca a la Iglesia Católica? Sería como pensar que yo o tú, le demos dinero a alguien que ataca a nuestras familias.
Cuando te envié la biografía de Cesar Vallejo, te marqué con negritas mi inquietud sobre este señor (que en paz descanse) – no sé si te diste cuenta - Cesar Vallejo, amigo intimo de José Carlos Mariátegui; ideológicamente, practicaba el comunismo, marxista -(muy respetable para mí, por tratarse de alguien muy significativo en nuestra historia literaria)- Pero yo no comparto esa ideología. Por otro lado; no puedo ser parte de la propagación de esa ideología (no sé si me dejo entender).
Dante: Tú, sí compartes esa ideología. Tú, sí puedes propagar ese pensamiento. Es lo que te identifica. Y no por eso voy a estar molesto contigo, seria loco de mi parte. No es un roce, no es un impase. Y como tu bien dices -(no podemos pensar igual)- . Yo no puede compartir esa ideología, no puedo ser parte de la difusión de la misma.
No es mi intención tocar el tema monetario, pero veo que lo has tocado. El precio simbólico que aportaste por el fotovideo, solamente fue por la realización del mismo, pero no para colgarlo en la web. No quiero decirlo, pero me obligas a decirlo, ya que tocas el tema monetario: fue un “favor de corazón” el colgarlo en mi cuenta de youtube.
Quiero que esto lo tomemos, no como un drama, ni una incertidumbre. Más bien como un pedido, de que cada uno de nosotros tomemos nuestros rumbos para expresar nuestras ideas. Yo por mi parte, seguiré con mis “yo opino” demostrando y difundiendo abiertamente mi tendencia democrática neoliberal. De tu parte, no sé exactamente cuál es tu tendencia – pero respetable para mí –. Deseándote también, suerte y éxitos en tus expectativas de vida.
Te recomiendo como sugerencia, que trates de abrir una cuenta de youtube, y luego también, veas la manera de bajar de mi cuenta de yuotube los videos tuyos que quedan, para que los puedas subir a la tuya. No los quitaré hasta después de fin de año.
Esperando sepas comprender mi posición, me despido con las disculpas del caso. Atentamente:
Andrés.
Andrés Arbulú Martínez
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