Misionología y relativismo
Uno de mis contactos por correo electrónico, me envía el siguiente mensaje, después de leer mi artículo “belén”. Aída Codali - es su nombre -; me dice lo siguiente:
-“Hola amigo, ¿Cómo están? Lamento decirte que no estoy de acuerdo contigo sobre el nacimiento. Acá, uno tiene el derecho de pensar y hacer lo que cree y, eso se respeta. Ya no es como hace siglos atrás, que los españoles mataban a nuestros indios por no creer en un dios blanco, cuando ellos adoraban al sol y la tierra. Amigo hay que respetar las creencias de todos y, además piensa que ahora la Navidad ya no es Jesús, sino los regalos, la comilona, y, al dueño del santo no lo dejan entrar. Es nuestra realidad, ya la humanidad no tiene valores, ahora todo se rige en lo material. Una abrazo para ti y para Adriana. Besos: Aida”-
Le respondo lo siguiente:
Aida, que gusto me da recibir un correo electrónico tuyo personalizado. Un correo en el cual me dices algo en especial y no reenvíos de correos que envían otras personas – que dicho sea de paso son interesantes también -, pero es más gratificante cuando te escriben algo en particular.
Y, a su vez, me da mucha pena que no estés de acuerdo conmigo en lo referente al nacimiento de Jesús (Belén). Observo en tu comentario mucha relación con el relativismo. Concepto con el cual no puedo estar de acuerdo. Pensar y decir, que uno tiene que respetar y aceptar cualquier cosa que a otra persona se le ocurra creer y hacer; es un poco delicado. Porque si no estás abarcando la generalidad del asunto, tendríamos que contradecirnos y aceptar y respetar solamente algunas cosas. Por ejemplo:
Yo no puedo aceptar la creencia y accionar de un narcotraficante, de un asesino, de un drogadicto, de un corrupto, de grupos islámicos radicales, que matan por su creencia (como lo hizo la Iglesia católica – mal por supuesto – en su tiempo).
No comparto contigo tampoco la convicción de pensar que la humanidad ya no tiene valores. No podemos generalizar; si hay grupos que piensan de esa manera (el cual según el relativismo, tenemos que aceptar y respetar). No se puede generalizar el asunto.
Entonces si decimos que tenemos que respetar y aceptar lo que todos piensan y hacen, lo hacemos para todos los aspectos, o no lo hacemos. Porque si no, seriamos selectivos en nuestros respetos y aceptaciones y, estaríamos contradiciéndonos nosotros mismos –“…yo solo acepto y respeto esto…”-
Por otro lado, Jesús no era blanquito. Jesús, acuérdate, nació en la realidad de un pueblo judío. Pero judíos bien, pero bien pobres. Haciendo una comparación con nuestra realidad, imaginemos que Jesús hubiese nacido en nuestro país, en este momento. Sería en una chosita de algún asentamiento humano, y sus padres hubieran sido unos cholitos, pero recontra pobres (materialmente hablando). Así nació Jesús; en las peores condiciones que uno se pueda imaginar, y escogiendo a la raza mas inferior de los judíos. Un judío de esa condición sería pues, más o menos, medio moreno.
En lo que sí te doy la razón, es cuando dices que en la época de la conquista española, se cometieron muchos abusos y crímenes contra los indígenas de ese momento. Pero ahora estamos en el siglo XXI. Cuando un misionero cristiano católico, se acerca a las comunidades campesinas nativas de nuestra serranía o selva, para llevarles la palabra de Dios, se expone más bien a que los nativos lo asesinen; porque los misioneros ya no van con armas para defenderse, solamente van con la palabra de Dios; la cual – es más – no se les impone, se les explica con mucho amor lo que significa Jesús Dios, para nosotros.
La realidad de Dios hecho hombre en Jesús, ya no se impone; más bien, se propone con mucho amor y respeto. Es por eso que en la Iglesia Católica existe en estos momentos todo un trabajo de Misionología, en el cual se trata la inculturalidad – este término, por si acaso, no significa que la persona no es culta – significa: (El Evangelio se encarna en las realidades nativas e indígenas de los pueblos). Te invito a que leas los documentos de la Iglesia que tratan sobre todo este trabajo. Trabajo en el cual, está la tarea de llevar la palabra de Dios, pero sin destruir las creencias ancestrales de los pueblos nativos e indígenas de todo Latinoamérica. Los documentos son: “Segunda, tercera y cuarta, Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano (Medellín, Puebla y Santo Domingo)
Bueno, te dejo y espero que sigamos en contacto. Un abrazo de Adriana también, que se acuerda mucho de ti.
Andrés Arbulú Martínez
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