La Revocatoria
De todas maneras estamos fritos. Si revocan a la alcaldesa, Lima se detiene. Si no la revocan, igual se detiene (porque no se ve avance, ni se verá) Entonces, una vez más nos damos cuenta que los electores, no sabemos elegir, que nos dejamos llevar por lo que dicen algunos líderes de opinión (en este caso Jaimito Bayly – quien llevó a Susana a la alcaldía-).
Lo peor del caso, es que los que están en contra de Castañeda Lossio, no firmaran la revocatoria, porque él (Castañeda) sí la firmará. En lo particular, yo sí estoy de acuerdo que Castañeda pague su culpa por lo de Comunicore; pero eso no tiene que ver nada con la revocatoria de Susana Villarán.
En realidad, da igual si la sacan o no la sacan - a la alcaldesa -. Lima tendrá que esperar 3 o 4 años más para seguir con su desarrollo. Esto también no es un problema de género – como quieren soslayar algunos -. Tendremos que esperar un buen tiempo para que ingrese un alcalde o alcaldesa, que siga poniendo a Lima apreciable; con todos sus atractivos turísticos, que se paralizaron en la continuación de sus obras.
Tuve la oportunidad de conversar con una persona que vive en Francia hace mucho tiempo y, le pregunté si era verdad lo de la crisis en Europa. Me dijo que sí era verdad; pero que Europa tiene países, que mantienen una infraestructura colosal (trenes, puentes, hospitales, carreteras, etc.) y eso nadie se lo puede quitar. Yo opino que algo similar (guardando las distancias del caso por supuesto) ocurrirá con Lima. Todas las obras de infraestructura que realizaron los alcaldes anteriores (no hablo solamente de Castañeda, ni lo defiendo por si acaso); todas esas obras, se quedaran aguardando, a otro alcalde o alcaldesa que siga con las mismas.
Esa es nuestra realidad. Se salvó Omar Chehade y, ahora se salva Susana Villarán. Nosotros los ciudadanos, no podemos disparar en defensa propia (políticamente hablando), no nos podemos defender de los políticos corruptos e inactivos.
En relación a Omar Chehade, creo que se ha protegido al señor blanquito, ilustre abogado, el gran señor, elegante, con fino traje y reloj caro. Lo que no ocurrió con el come oro, la roba cable, y el come pollo en el congreso anterior (sin ánimo de defenderlos por supuesto). Ellos no son de su mismo nivel intelectual y cultural. ¿Qué pensará ahora el Señor Chehade al ver que deambulará por el Congreso (él), y que todos lo miraran con cierta desconfianza? ¿Se quedará tranquilo?
Andrés Arbulú Martínez
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