Un cadáver muy pequeño

Por lo expuesto, desde el punto de vista biológico, se puede afirmar sin ninguna duda que la muerte del zigoto constituye la muerte de un ser humano con todas sus potencialidades y cualidades, el cadáver será muy pequeño y estará atrapado en las gasas sangrientas de su ejecutor o tirado en el balde sin ningún escrúpulo, pero existe un ser humano que ha desaparecido porque alguien lo ha matado con el consentimiento de sus padres y a veces hasta de sus abuelos (profesor Lejeune).

Crimen minúsculo quizás sea matar a un ser humano de pocos días que no mide mas que unos milímetros y a pesar tiene forma humana, cuyo cadáver no se vela, ni se entierra, cuya ausencia no se llora y cuyo recuerdo no merece el luto, pero es un crimen y al que lo ha hecho no es falso llamarlo criminal (Rosland).

El aborto es un crimen abominable porque la victima es un ser inocente e indefenso (no tiene mucho espacio para escapar de su ejecutor y sus gritos, que si los da, no son escuchados por nadie). Y es consentido por quienes tienen la obligación de protegerlo y es ejecutado por quien juro por la vida (RP I Muguiro SJ).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay 50 millones de abortos por año en el mundo (se estima que en la realidad sea el doble), cifra superior a los 30 millones de muertos que dejo la primera Guerra Mundial, o a los 25 millones de muertos que dejo la 2° epidemia de peste en Europa en el año 1347 DC, sin embargo la conciencia colectiva de la sociedad es indiferente.

En la Convención Medica Mundial de Ginebra en 1948 se sanciono que “la vida humana es sagrada y ha de ser respetada de modo absoluto desde el momento mismo de es un homicidio, aunque el cadáver sea muy pequeño.