Ese monstro llamado Inen
Hace algunos meses, seguía corriendo tras el viento cuando peleaba con el espejo porque proyectaba una imagen enflaquecida de mi cuerpo y así pasaban las semanas, mis oídos eran sordos a las suplicas, hasta que estas se transformaron en enérgicas demandas, puse freno de mano y enganché la locomotora, bajé de la misma y rodeado de mis seres queridos me fui a ver a ese monstruo llamado INEN, al que to¬dos temen, del que todos han oído hablar, donde muchos amigos hicieron la especialidad y algunos trabajan ahí, atravesé sus colmillos, esas frías re¬jas que miran hacia la avenida Aligamos y me me¬tí a sus fauces. Encontré a mi amigo el Dr. Manuel Álvarez Larraondo y como siempre tan solícito y servicial, me abrevió no sé cuantos días de marti¬rio, pues en una semana ya salía de ese monstruo con mis diagnósticos bajo la axila, preocupado, dubitativo, casi convertido en un filosofo de la vida, al cabo de un mes, por esas dudas que se sembraron en el silencio de los médicos, en las preguntas sin respuestas razonables es que decidimos oír a Karin que desde México clamaba porque viaje, llegué llevando mis placas, mi TAC, mis análisis, mis diagnósticos e inflando mi pecho contaba que me habían visto los "Monstruos" del INEN...en el Departamento de Abdomen del Hospital Médica Sur donde laboran alrededor de 30 Médicos entre clínicos cirujanos ninguno Conocía a los monstruos, todos los estudios me fueron devueltos y me los repitieron ...¡pese a mis reclamos, así lo hicieron! parece que, "el que a hierro mata…” Después de 20días regresé al Perú con mis diag¬nósticos bajo la otra axila, diametralmente Opuestos a los que me dieron en el INEN, claro habían estudios mas sofisticados, tecnología de avan¬zada, procedimientos de última generación...pero básicamente había un olorcito a descuido, la dife¬rencia entre los de acá con los de allá era la VIDA...casi nada- en fin. Cuando atravesaba el Pacifico a 30.000 pies de al¬tura, recordaba el tubo digestivo del monstruo y venían a mi mente cientos de pacientes ancianos, jóvenes, niños muy niños, portadores de la evolu¬ción de todo tipo de Cáncer, apilados en bancas de madera, sin cojines, en ambientes amplios, ilumi¬nados, corriendo y aglomerados alrededor de 60 consultorios estrechos, con poca privacidad, sin medio baño, asiduos y cautivos pacientes, hasta que la muerte los recoja, con sus gargantas secas, sin salivas, sin palabras para quejarse, para reclamar, apenas susurrando sus malestares biológicos y su descontento por que los médicos se demoran en atender, algunas secretarias los atienden mal, mucho ! conversan, se ríen y comen detrás de los consultorios, mientras ellos se mueren de verdad, recuerdo que en mi calidad de paciente, defendía a mis colegas, aduciendo que parecen toscos, insensibles, pero que dicen la verdad sin rodeos, sin titubeos y que eso es mejor que las mentiras piadosas que NO eran como los sofistas de la Grecia antigua elocuentes, llenos de verbo, pero mentirosos... recuerdo que comparaban el pasado del INEN con el presen te..."Ya no es como antes"..."Ya no es igual" -decían los pacientes y como llegaba ya graduado de filosofo (por todo lo que me pasaba) es que yo diría que tal vez les falta a los Médicos del INEN dedicar mas tiempo en atender a sus pacientes mucho los interrumpen tal vez les falta escuchar mas al paciente, escuchar a los familiares, explicarles lo que ' tienen, pedir las placas, las TAC y no sólo leer los informes, poner su mano en el hombro o la mejilla de los enfermos, tal vez les falta desvestirse de ese flagelo llamado soberbia y recordar la ancestral filosofía médica tener "la prudencia de los dioses y la humildad de las palomas", recordar la Historia Médica cuando los sabios, los Excelentes, los buenos, tienen OJOS DE ÁGUILA para ver pequeñeces que otros animales no ven, CORAZÓN DE LEÓN para decir le verdad y los planes futuros a cada paciente, con aplomo y MANOS DE MUJER para tener la delicadeza de no herir, a un ser humano ya herido de muerte. Con nuestra práctica profesional y social no contribuyamos en convertir al Médico en un HOMUS FABER pues este animal, cuando está estresado es mas feroz que el gorila o el orangután, pues sino podemos ser seres humanos cuando menos seamos homo sapiens. Son más apacibles que los Pingüinos de Noruega que se comen entre ellos cuando falta alimento… ¡ESE MOUNSTRO LLAMADO INEN!
Miguel Palacios Celi
No sé de que "Monstruo" habla llamado INEN, allí trataron a mi hermano y lo hicieron muy bién, todos muy amables si algún trabajador ofendía o maltrataba uno se quejaba y lo separaban, por no decir que lo despedían y contrataban alguien nuevo(a). Encontré muchos extranjeros aparte de los peruanos que siempre me manifestaron su agradabilidad por el trato que recibían. Quizás quien piense diferente se encontró en una circunstancia diferente en el tiempo, las cosas cambian, a veces, se decae ó se mejora, creo que la crítica es buena, pero hay que aceptar todo y no menoscabar la reputación de alguien o de algo sólo porque se vivió una mala experiencia en el tiempo diferente de otros, gracias.
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