Conjura contra la vida
La Comisión de Salud del Congreso, inspirada en una defensa de los Derechos Humanos, ha nombrado una subcomisión que investigará el so de las ligaduras de trompas y 20 mil vasectomías realizadas en la década pasada y a tenor de lo que han declarado se deslindarán responsabilidades políticas y penales de los funcionarios del MINSA que tuvieron que ver con la implementación de estas ferias; sin embargo, aprovechando de esta investigación y la sensibilidad social que ha logrado se debe poner en debate el fondo del tema: la concepción política que tenemos sobre la natalidad. O "conjuramos" contra ella (como dice el papa JPII) o estamos a favor de la vida, pues a pesar de estar ya en plena investigación este tema los establecimientos del MINSA continúan aplicando una política anticonceptiva masiva, "regalando" (no prescribiendo) anticonceptivos orales o parenterales, en muchos casos sin la necesaria y rigurosa evaluación ginecológica previa y sin la debida información al paciente de los riesgos, contraindicaciones, etc. sin individualizar los casos, tratando a las personas de una forma masificante (concepto muy ligado al neoliberalismo), sin embargo no escandaliza a nadie tal vez porque son métodos reversibles, como tampoco escandaliza a nadie el uso masivo de abortifa-cientes (MISOPOSTOL), que se usa para provocar abortos y que adolescentes y jóvenes lo compran en boticas y farmacias como comprar aspirinas.
La conjura contra la vida continúa en los 2 hechos Siguientes
Libertad individual
Cuando se habla de esterilizaciones sin autorización o sin la debida información al paciente es lo mismo que "regalar" miles y miles de anticonceptivos sin individualizar los casos y sin informar de los riesgos (que definitivamente los hay) o sin evaluar ginecológicamente al paciente. Estamos entonces tocando el fondo del asunto: la confrontación entre la libertad de la persona y, por otro lado, las normas o programas del M1NSA. Este tipo de confrontaciones tienen antecedentes históricos. Por ejemplo, en USA son famosas las discusiones y la oposición que hubo al programa de vacunaciones obligatorias porque no se informaba debidamente al pueblo de lo que se trataba, incluso llegó esta oposición al Poder Judicial y fueron los jueces quienes obligaron a la vacunación (y no la autoridad sanitaria). Igual ocurrió con las cuarentenas, con las licencias para prostitutas, licencias prematrimoniales, las leyes de esterilización coactivas para retrasados mentales, epilépticos, alcohólicos y personas con tendencias criminales. En todos estos casos primero hubo un gran debate y una gran información (a pesar que eran medidas evidentemente en favor de la sociedad) y luego se ejecutaron. En el Perú primero se ejecutaron, luego se denunciaron y ahora se debaten, o sea exactamente al revés, con el agravante que esterilizar o regalar anticonceptivos no beneficia a la sociedad. Es evidente que estamos frente a una violación de la libertad individual, violación de un derecho humano, violación que aún continúa, a pesar que no escandaliza.
Control de la natalidad vs. Regulación de la Fecundidad
No es un juego de palabras, es la colisión de dos concepciones políticas sobre la humanidad. De un lado están quienes conciben al ser humano como una maquinaria reproductiva cuyo funcionamiento puede y debe ser artificialmente regulado. Esto responde a una visión política de la realidad socioeconómica, refleja una actitud negativa frente a la procreación y busca tratarla (la natalidad o crecimiento población) como una variable a la que hay que mantener dentro de ciertos limites, recurriendo a cualquier procedimiento efectivo, aún cuando sea lesivo a la dignidad humana (como es el caso de la anticoncepción quirúrgica obligatoria).
De otro lado están quienes reivindican la naturaleza humana, que ha pasado a ser un gran elemento ignorado de nuestro tiempo. El nervio de esta concepción es la responsabilidad. Como dice Juan de Dios Vidal: al ser humano le es "natural" ser/ responsable, asumir las consecuencias de sus libres; elecciones y no asumirlas "en el vacio" sino más bien ante otros, en un acto de proyecciones sociales. La plena responsabilidad en la condición de padre o madre es una de las expresiones más puras de la naturaleza humana, los "métodos naturales" no lo son porque no recurren a píldoras o artefactos sino porque se basan en el ejercicio de la libertad que busca el bien, lo cual es lo más propio de la naturaleza humana. Cuando se le arranca a la procreación el ejercicio responsable de la libertad se está contradiciendo en lo más central a la misma naturaleza del ser humano.
Conclusiones
No es exagerado sostener que este tema se inserta dentro de un amplio contexto que tiene que ver con el futuro de la humanidad. Recordemos que la Conferencia Episcopal Peruana ha dicho que el siglo XX ha sido el siglo antivida por las guerras, antinatalismo, abortismo, eutanasia, epidemias. Imperialismo anticonceptivo en donde la humanidad se ha volcado contra sí misma, contra lo más preciado que tiene cada ser humano: la vida. Por ello somos opuestos al control de la natalidad y a todas sus variantes que se cobijan con el nombre de "planificación familiar", "derechos reproductivos" y "paternidad responsable" y levantamos como alternativa la revalorización del método natural de regulación de la fecundidad para ejercer con responsabilidad y libertad el verdadero significado de la procreación.

Miguel Palacios Celi





































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