Cómo Evitar Conflictos con los Hijos
Las habilidades de negociación que tanto se valoran en el mundo empresarial deben trasladarse al ámbito familiar. Es decir, todos los padres deberíamos pasar por un curso de técnicas de negociación familiar si quisiéramos educar los hijos de forma firme y con cariños. Los recursos de disciplina positiva se basan en principios íntimamente relacionados con la negociación.
Las pautas que rigen las negociaciones en el entorno de la familia deben ir variando con la edad de los hijos. No obstante, sea cual sea la edad del niño, debemos tener claro algunos conceptos.
16 Conceptos a tener en cuenta en las negociaciones:
- Conocer lo que los hijos desean y están dispuestos a ceder y tener claro qué se quiere conseguir y a cambio de qué. Estos conocimientos deben ser previos a la negociación. Si estas ideas se reflejan por escrito será más sencillo dirigir la negociación.
- Saber encontrar el equilibrio. Con una buena preparación se facilita la concentración en lo esencial, en lo importante. De este modo evitamos educar hoy con autoridad, mañana permitiéndolo todo. Si iniciamos las tácticas de negociación a temprana edad con conflictos sencillos y pocos complicados de conseguir, los resultados positivos de estas experiencias darán ánimos a padres e hijos para conseguir más acuerdos en otros asuntos.
- Si tenemos hijos pequeños, es mejor persuadirlos o convencerlos para que hagan lo que tienen que hacer. Antes de que tengan bien desarrollando el discernimiento, cualquier intento de negociación sería dar ventaja al adulto.
- Se aconseja iniciar la puesta en marcha de las negociaciones con los hijos cuando éstos ya sean capaces de discernir y, por tanto, de valorar y elegir lo que quieren, cuándo y cuánto. La mayoría de asuntos deben formar parte de la educación de los hijos y estar dentro de los límites, plazos y métodos de control objetivos
- Hay que tener muy clara la importancia del asunto a negociar para preparase en menor o mayor grado. Evidentemente es muy distinto acordar con los hijos la realización de tareas domésticas como sacar la basura, que negociar hora de llegada a casa de un adolescente, cómo debe vestirse o con quien debe verse, etc.
- Presionar a los hijos durante la negociación no ayuda. Si realmente lo que deseamos es que se origine un cambio en los hijos, debemos acompañar la negociación con elementos motivadores que aseguren un cambio de actitud que, con suerte, puede durar para siempre.
- La aplicación de fuerza por parte de los padres es un elemento a evitar. Existen casos concretos dónde es necesaria, como en situaciones de verdadero peligro. No obstante, en general, el uso de la fuerza es sinónimo de imposición, chantaje, intimidación y esto no debe ocurrir. El buen negociador es aquel que sabe convencer, no aquel que gana
- Solicitar ayuda de expertos externos. Cuando en circunstancias extremas los padres se ven incapaces de iniciar una negociación que llegue a buen puerto debido a posturas inamovibles de los hijos, es bueno pedir el apoyo de alguien externo, sea este líder espiritual, terapeuta o familiar como abuelo o tío.
- Quién, cuándo y dónde negociar. Es conveniente que haga de negociador el padre o madre que tenga más facilidad para explicarse, que tenga más empatía con los niños y el que sepa escuchar mejor. Los padres deben estar de acuerdo en lo que se transmite en la negociación, no deben contradecirse. El momento más adecuado para entablar diálogo es aquel en el que el ambiente sea sosegado, que no existan tensiones, distracciones y se puedan evitar las interrupciones.
- La existencia de recompensas como motivación. En la negociación pueden establecerse recompensas por los esfuerzos a realizar, siempre y cuando se cumpla todo lo pactado en el plazo establecido.
- Dejar por escrito los acuerdos alcanzados. Cuando se acuerdan asuntos importantes, es bueno dejar constancia por escrito de los acuerdos. De este modo, cuando se deben examinar los resultados, esté bien claro si se han cumplido o no.
- Los asuntos de las negociaciones deben ser asumibles y posibles de realizar. No debemos negociar sobre asuntos que supongan acuerdos imposibles de cumplir para los hijos. Es mejor llegar a acuerdos más “pequeños” que no llegar a ningún acuerdo.
- Conjunto de cosas a negociar. Las negociaciones suelen ser por un conjunto de cosas, no solamente de una sola. Por ello es muy conveniente hacer previamente un listado escrito, de los comportamientos problemáticos que se quieren negociar, los objetivos que se quieren cumplir y la conducta esperada, durante las negociaciones.
- Prestar mucha atención a lo que los hijos dicen durante la negociación. Es importante hacerlo, a la vez, que como padres también controlamos las emociones, el tono de voz, los sermones, las expresiones faciales. Debemos ayudarles a expresarse, sobre todo en temas complicados. Si no demostramos máxima confianza y sinceridad, será difícil que se diga todo lo que se desee y los acuerdos alcanzados sean sinceros y deseen cumplirse.
- Valorar las alternativas a las propuestas iniciales, de forma sincera y sin soberbia. No debemos, no obstante, olvidarnos que hay objetivos relacionados con su educación y formación que no son negociables.
- Leer libros y artículos sobre las habilidades de negociación en el ámbito familiar, supone conocer, también, conceptos de crecimiento personal como empatía e inteligencia emocional.
Podemos encontrar mucha literatura relacionada con disciplina en positiv en varios blogs. No dejes pasar la oportunidad de aprender recursos que te ayudarán en la tarea de Educar a tus Hijos.
Inma Facilitadora en comunicación familiar www.disiciplinaenpositivo.com
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