Estuve en el cielo
Una madrugada de otoño, a la hora en que las tinieblas son mas fuertes que la luz, a la hora en que las sombras danzan y juegan macabras con los destinos, los infortunios se nutren en la tinieblas, estaba despierto contemplando un viejo reloj en la pared del Quirófano, escuchaba a lo lejos que Marujita gritaba ¡Te amo Migue!, escuchaba a Karin y Lito que desde muy lejos gritaban ¡Resiste Papá…Resiste!, escuchaba remar al bote en el fangos del Estigia, oía la risa de las hipertrofiadas y trabeculadas células del Hepatocarcinoma…pero ahí estaba en aquella madrugada esperando vencer o morir, ahí estaba entre la Vida y el Mortuorio, el Sacerdote de pie al lado de la camilla, repetía la oración de la extremaunción, aquella que tres veces ya la había recibido años atrás, ahí estaba el Cura amigo estirando su brazo para darme la Eucaristía, Martín y Rosita miraban, Marujita lloraba…¡Ya era tarde! El escalpelo abrió el abdomen cuando las adherencias se dejaron ver los cirujanos pensaron lo peor, dos horas demoraron en hacerlas trizas, al final desnudo y moribundo el Hidalgo Hígado fue removido y llevado a la morgue, los demás tejidos lloraban…”No sufras amigo, te has adelantado nada más, ya nos volveremos a ver”-le dije-, el Dr. Chaman seguía dirigiendo el Operativo, cual Mariscal, Los generales Rondón y Anchante lo asistían, Carrasco y Yeren peleaban duro en primera fila, afuera Martincito Padilla pensaba, más afuera los míos oraban y lloraban, las horas pasaban, y el cuerpo inerte repetía ¿Cómo estará el Alma? ¿Qué dirá?...el alma callaba mientras absorta contemplaba la grandeza humana, la enorme y exponencial misericordia de Dios, La felicidad y alegría de quienes le rodean Dios no mira tu pasado, no juzga tus pecados en esos momentos, escucha las oraciones, los ruegos, mide tu FE, tus ganas de vivir, tu capacidad de luchar, tu verdad ontológica…Es un horizonte sin fin donde sobran las virtudes, donde inhalas aire puro sin contaminación hedonista, sin polución ideológica, bebes agua pura sin detritus culturales, te alimentas de comida sana, sin transgénicos capitalistas, te sanas sin matar embriones, aceptas la vida sin practicar abortos…cuando terminó la operación y en medio de los aplausos que me llevaban a la UCI…pregunté Alma ¿Dónde has estado mientras me operaban?...¡En el Cielo…he conocido el Cielo Miguel!- me dijo emocionada-
Miguel Palacios Celi
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