Soat ¿Torta de la discordia?
La Constitución Política del Perú en el título j, de Régimen Económico Art. 60 y 61 dice que el Estado a través del Ministerio de Salud (Minsa) tiene la obligación de subsidiar la atención médica preventiva y curativa de las personas que carezcan de recursos económicos, que carez¬can de algún tipo de seguro público a privado, la Ley General de Salud, su reglamento y otras leyes concurrentes afirman lo mismo. Sin embargo, desde hace un tiempo el Estado asfixia económicamente al sector salud dotándola de un Presupuesto que no le permite cubrir ese imperativo constitucional, aún más, ha encareci¬do las tasas de atención, trasladando su respon¬sabilidad a los bolsillos exangües de la población do menos recursos, ha disminuido el presupuesto de programas sociales como el SIS y siguiendo den¬tro de ese cauce, en Febrero del 2003 el Minsa emi¬te una Directiva sin número, que norma la parti¬cipación del Minsa en los pacientes Soat con el fin do cobrar las pólizas y aumentar sus ingresos pro¬pios, cubriendo las brechas de su presupuesto, pa¬ra ello destina personal administrativo y médico para que atiendan a los pacientes con trauma le-ve, moderado y grave (lo cual está bien porque son personas que atienden personas) pero vendiendo a las poderosas aseguradoras servicios médicos, insumes, camas hospitalarias, medicinas, terapias rehabilitadoras etc. aprecios rebajados, subsidiados por el Estado, precios que son bajos gracias a los impuestos que pagamos todos los peruanos, per¬mitiendo que las poderosas aseguradoras tengan mas beneficio económico, mas ganancia, a costa de usar medicinas, médicos y servicios baratos, que le pertenecen al pueblo no asegurado, lo cual constituye un grave delito y que además es abier¬tamente anticonstitucional y que debe motivar el rechazo de los gremios de los trabajadores, de los Cuerpos Médicos, del Colegio Médico, de la Defensoría del Pueblo que deben actuar de oficio sin esperar solicitudes, ni quejas, más aún hoy en día en que a propósito de abrir un servicio de Trau¬ma en el Hospital Regional Docente de Trujillo que todos saludamos y congratulamos, se viene notando con mas claridad esta ingenua intención que por ganarse unos cuantos soles, acaban enriqueciendo aún más, a las poderosas aseguradoras que se fro¬tan las manos de alegría al ver que ya no cance¬lan a las clínicas el tarifario pactado (Segus) por¬que ahora 'cancelan tarifas populares, como un pobre peruano y no como una poderosa asegura¬dora. Además, nosotros estamos de acuerdo que un servicio de trauma exista, que esté bien organi¬zado, que tenga sus protocolos actualizados, sus médicos las 24 horas del día y bien entrenados, pe¬ro también quisiéramos que exista una Red de Trau¬ma que comprometa al sector público y privado, que se trabaje coordinadamente, sin envidias, sin celos, en beneficio del pueblo.
Miguel Palacios Celi
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