Hábitos: causa y efecto de los resultados
En una ocasión, en un centro de locales comerciales, vi a un niño con su abuelo. El abuelo le decía: “Te voy a enseñar magia”. Con infinita paciencia le indicó cómo colocar las fichas del dominó de pie una detrás de otra en el suelo, y entonces, dejó caer la primera ficha con su dedo y el efecto “dominó” (valga la redundancia) comenzó a dejarse ver. De lejos se notaba la expresión de fascinación en sus inocentes ojos, a sus cortos cinco años de edad, estaba descubriendo la magia.
Al verlos, recordé que no era más que un ejemplo de una relación causa-efecto, así como lo es la vida, en la que las fichas son como nuestras actitudes: una desencadena la siguiente, y esta a su vez, es condicionada por la anterior.
Hábitos: causa de un efecto llamado “resultado”
Los seres humanos nos enfrentamos a decisiones todo el tiempo, muchas veces sin darnos cuenta. Esas pequeñas bifurcaciones en el camino se nos presentan día a día, de la manera más complicada o de la manera más banal y subrepticia posible. Pero si bien esas decisiones atienden alguna situación del presente, también calan la senda del futuro.
Ahora bien, aplicando las propiedades lógicas podemos establecer las siguientes premisas:
- Las decisiones que tomemos hoy van a influir en nuestro futuro, lo va a marcar, van a determinar los acontecimientos venideros.
- Esta decisión está tomada en el presente en función a nuestros hábitos actuales, nuestro comportamiento actual está determinado por nuestra rutina actual.
- En consecuencia, nuestros hábitos actuales influyen directamente en nuestro futuro. Siembra un hábito y cosecha un futuro.
Es decir, nuestros hábitos actuales son la “causa” de un “efecto” llamado futuro.
Hábitos: efecto de una causa llamada “resultado”
Siempre nos encontramos con situaciones que son el producto de nuestro diario acontecer, de nuestras rutinarias conductas y actitudes, efectos de causas previas. Pero en ocasiones esas situaciones se tornan desagradables por atentar contra nuestra tranquilidad, estabilidad o satisfacción.
Tradicionalmente, lo que haremos será poner todas nuestras energías en zafar el engranaje de ese estado insalubre, en salir de la incomodidad, en tratar de dejar ese estado y llevarnos a otro más saludable. Es allí cuando graduamos el foco, modificamos conductas, establecemos rutinas; en otras palabras creamos hábitos.
Ahora bien, aplicando las propiedades lógicas podemos establecer las siguientes premisas:
- Las situaciones desagradables son el producto de nuestras acciones y conductas pasadas.
- Acometemos focalizadamente cambios de hábitos para salir de las situaciones desagradables.
- Esos nuevos hábitos son el producto de las situaciones desagradables del pasado.
Es decir, nuestros hábitos actuales son el “efecto” de una “causa” llamada pasado.
Resumiendo, nos queda claro entonces que toda acción nos llevará a un resultado, inevitablemente. Asimismo, entendemos que los hábitos son la causa de la situación actual y que la situación pasada también es causa de nuestros hábitos actuales.
La clave es comprender que todo lo que hacemos está condicionado por esa solución de continuidad que encierra el principio de causa-efecto, en el que los hábitos son el alfa y el omega que definen nuestro estado pasado, presente y futuro.
“El hábito, si no se resiste, al poco tiempo se vuelve una necesidad”
San Agustín
Jaime Mora Director de www.impulsate.com
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