Reformas domésticas: cómo evitar que tu casa sea una ruina
Últimamente, y dada la controvertida situación del mercado inmobiliario, la compra venta de casas se ha visto reducida considerablemente. Lo prohibitivo de sus precios así como las dificultades planteadas por las entidades bancarias a la hora de obtener créditos hacen que poseer las condiciones, y en ocasiones la predisposición de adquirir un hogar sea casi imposible.
Es por ello por lo que cada vez son más los que optan por satisfacer sus necesidades de cambio reformando drásticamente su vivienda en lugar de adquirir otra. Pero hay que tener cuidado. No olvidemos que nuestra casa es nuestro bien más preciado y hay que actuar en consecuencia a la hora de gestionarlo. Con unos simples consejos nuestra reforma puede pasar de ser un infierno, a un mero tramite que transforme completamente nuestra morada:
1-Solicita varios presupuestos.
Los costes suelen ser muy elevados, precisamente por ello es conveniente consultar más de una empresa y pedir mas de un presupuesto, a fin de obtener uno mas económico. No se limite a una mera cifra, intente saber por qué el coste final será ese. Cuáles serán los materiales utilizados, así como las tareas a llevar a cabo para conseguir el resultado final deseado. Consulte diversas paginas web de anuncios clasificados. Muchas empresas de reformas las utilizan para publicitarse.
2-Obtenga todos los permisos necesarios.
La burocracia puede ser un tramite indecoroso, debido a su lentitud y complejidad, pero no se la juegue. Un vecino molesto puede crearle problemas si su obra no se realiza dentro de la máxima legalidad. Tal vez emplee una cantidad de tiempo demasiado elevada antes de poder comenzar su obra, pero hágalo. Esto le evitará futuros dolores de cabeza.
3-Intente minimizar la duración de la obra.
No dependerá de usted, pero durante la realización del presupuesto de las labores a llevar a cabo, incida sobre la importancia de la brevedad de los mismos. No olvidemos que se trata de su hogar, exija siempre que le sea posible una fecha de finalización. Vivir en una casa en obras, o tener que abandonarla temporalmente por causa de las mismas es siempre engorroso.
4-La lógica, el mejor aliado.
Sea coherente. No intente llevar a cabo grandes cambios impracticables ni se embarque en interminables obras. No olvidemos que hay un limite a los cambios que se pueden realizar en la estructura de una casa. Un piso de 90m2 nunca podrá convertirse en una mansión... por muchos tabiques que derrumbemos.
En colaboración con Buenacuerdo
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