Los Hijos, el Reflejo de Nosotros como Padres.
Los hijos son nuestro reflejo, aprender a causa de todo lo que hacemos, adquieren hábitos y costumbres gracias a nosotros, su comportamiento, personalidad y educación se va forjando por lo que hacemos como papás con ellos. Cuando se considera a un niño como ejemplo para los demás pequeñitos, los orgullosos papás siempre sonríen porque los hijos son nuestro espejo, tanto en lo bueno como en lo malo.
Detrás de un gran niño hay unos buenos padres, esto es en la mayoría de los casos totalmente cierto, ya que lo que le enseñamos en casa a nuestros hijos es a través de lo que hacemos nosotros, nuestras costumbres y educación se refleja en todos lados. Si por ejemplo, le enseñamos a nuestros hijos a levantar su plato al terminar de comer y agradecer la comida, lo hará en cualquier casa que esté, así se notará que como papás le hemos inculcado esta costumbre. Si por otro lado le enseñamos a que tratamos igual a todas las personas porque se merecen respeto, el pequeño comprenderá que eso es lo correcto y lo aplicará en su vida, no será grosero ni despectivo con quienes lo rodean si nosotros como papás no lo somos.
Nuestros hijos son nuestro espejo, por ello debemos formar buenos hábitos en casa, no podemos pedirle a un niño que no sea grosero si su papá se porta mal con los demás, grita o incluso le hace majaderías a su mamá, debemos predicar con el ejemplo para que nuestros hijos no repitan nuestros errores. Tener un hijo es una gran responsabilidad y debemos preocuparnos por que sea una persona de bien, con grandes y firmes valores, que haga el bien a la sociedad para que cuando crezca sea un adulto responsable y respetado.
Podemos cometer muchos errores como papás, pero no nos equivocaremos si a nuestro juicio hacemos las cosas de manera correcta, un hijo es una inversión de amor, tiempo, espacio y dinero, son como esponjitas que absorben lecciones de vida de todos los que estamos alrededor de ellos, tanto lo bueno y lo malo, por ello, hay que cuidar mucho nuestro comportamiento y nuestro vocabulario, si como adultos sabemos que algo está mal, desde hoy es momento para cambiarlo por nuestro bien y el de nuestra familia.
Enseñarle a un niño lo que es correcto o no es una gran labor, pero no podemos corregirlo si nosotros hacemos las cosas de la manera que las pedimos. Otro ejemplo puede ser el siguiente: Cuando un adulto como papá o mamá, fuma o toma en exceso, el niño puede seguir esas costumbres, ¿Con que cara le diremos que no lo haga cuando sea adolescente? Ten presente que nuestros hijos lograrán y serán lo que nosotros como papás les ayudamos a que sean en su vida, es una labor de todos los días.
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