Crisis en la educación – Como los padres de hoy pueden ayudar
En Chile se hizo una evaluación de los profesores con el no tan sorprendente resultado de que el 30% de ellos calificaron como "insatisfactorios."
Además se evaluó el nivel de educación de los alumnos actuales de pedagogía con el caótico resultado de que menos del 60% de ellos fue capaz de responder más de la mitad de las preguntas. Así que, ahora el gobierno ha determinado que cualquier persona con estudios superiores puede impartir clases en los colegios, a pesar de no haber estudiado pedagogía.
Linda ensalada. El sistema de educación está en crisis. Y no solamente en Chile. Más allá de buscar culpables, es hora de que nosotros como padres hagamos algo y dejemos de depender del Titanic de la educación que se va a demorar todavía 20 años en cambiar su rumbo.
Busquemos soluciones. Nosotros, los padres, podemos ser como lanchas chicas y ágiles que giran inmediatamente y se saben adaptar a los nuevos vientos que están soplando. Tenemos que tratar de complementar o sustituir la educación tradicional con sistemas más eficientes.
Para los que quieren ser más radicales, el "homeschooling," o educación en casa es una excelente opción. Pero también creo que la educación escolar se puede complementar al colocarla de vuelta en las manos de aquellos que van a ser responsables ante Dios por la educación de sus hijos: los padres.
¿Como podemos participar?
En primer lugar, al involucrarnos más en el establecimiento educacional de nuestros hijos.
El gobierno ya ha abierto las puertas. Cualquier persona con un carácter intachable, conocimientos suficientes y vocación de servicio puede ahora acudir a las salas de clases como profesor.
En segundo lugar podemos complementar la educación de nuestros hijos al involucrarnos más en sus vidas fuera del colegio. El discipulado es la manera más poderosa de enseñar algo y se efectúa cuando el discípulo camina al lado del maestro y vive su vida junto a él.
En otras palabras, ¡invite a sus hijos a vivir su propia vida junto a Ud! Comparta con ellos sus luchas, desafíos, angustias y sueños. Invítelos a ayudarle en buscar soluciones a sus problemas en conjunto y explíqueles por que Ud toma determinadas decisiones.
Una manera muy efectiva de inspirarlos a aprender de algo es hacerlo en conjunto con ellos.
Por ejemplo, si usted quiere que sus hijos posean una educación financiera sólida, ¿porque no toma un curso sobre ese tema junto con ellos? También pueden leer libros juntos. Las oportunidades para enseñarles aparecen en forma muy natural durante los quehaceres diarios de nuestras vidas.
Lo único que debemos hacer es estar dispuestos a aprovechar esos momentos, dejar nuestra agenda de lado y tomarnos el tiempo para instruirlos. De esta manera sus hijos van a aprender mucho más acerca de la vida real y van a estar mejor preparados para lidiar con los problemas de la vida adulta.
Ya no es tiempo de dejar la educación en manos de los "expertos." Seamos nosotros, los que más conocemos y amamos a nuestros hijos, los expertos que entreguen una educación sólida que les dará la oportunidad de ser todo lo que Dios planeó que fueran.
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