Las escaleras para la casa de campo
Las escaleras son un elemento arquitectónico que no podemos despreciar, aunque su uso nos parezca, tal vez, imposible, o al menos su colocación en el reducido espacio de nuestras viviendas, porque, hay que reconocerlo, una escalera roba muchísimo espacio.
Una escalera normal, de dos rampas, del tipo más usado y de menos amplitud, ocupa no menos de diez metros de superficie aprovechable. Esto es tanto como ocupa un dormitorio o una cocina en una casa moderna.
En cambio, olvidando el hecho de que sea necesaria para unir dos pisos a distinto nivel, haya o no haya espacio, pueden lograrse realizaciones especialmente interesantes, válidas y significativas.
Una escalera es casi siempre, a menos que se realice de forma imprevista, un elemento muy significativo en la decoración de la habitación en que se encuentra.
Se adaptan a esto de forma especial las viejas (o no tan viejas) casas de campo, por lo general dispuestas en dos o más niveles y con espacios no tan angostos y limitados como las casas de ciudad.
En este caso, las estructuras que se pueden realizar son, con frecuencia, de primera clase. Mucho más aún si recurrimos al utilísimo, dúctil, cálido, confortable y maravilloso material que es la madera.
Conviene, naturalmente, elegir la madera adecuada para este fin: es decir, considerando no precisamente el tipo disponible ni el que pueda haber de antemano en el resto de la habitación, sino el más adecuado para el fin a que se va a destinar.
La madera, en una escalera, puede utilizarse para la estructura, para lo que convendrá elegir materiales que tengan una buena resistencia mecánica: roble, fresno, nogal, encina, caso de que la estructura sea de madera maciza.
Además, se podrá utilizar la madera para cubrir estructuras realizadas en otros materiales, como metálicas o de mampostería, o para los peldaños y barandillas. Es de suma importancia la resistencia a las raspaduras, combinada, si es posible con una buena facilidad de elaboración.
Finalmente, la madera puede combinarse, dentro de una misma escalera, con otros materiales: granito, piedra, mármol, para los peldaños; hierro y cristal para la barandilla o moqueta, también para los peldaños. La madera usada para combinaciones deberá ser de superior calidad, adecuada para su trabajo que no desmerezca en el contraste.
Una casa de campo, cuyo interior se revaloriza con una sencilla escalera de madera, es un conjunto de importante efecto visual, gracias a la característica barandilla de listones verticales.
Exprimidor
Marisa Pérez Jiménez.http://www.alfombrasinfantiles.net
Registro automático