La política nace de la mano de la sociedad
Escrito por: Avigait Rosas Ramírez.
La política nace de la mano de la sociedad, las personas la utilizan para enfrentarse a los hechos de la vida social. Existe una comoda expresión par justificar la presencia de la política en la vida cotidiana: los problemas políticos son los problemas de todos, y los problemas de todos son problemas políticos. Por lo tanto la política concierne a todos los ciudadanos.
Puede ser percibida, observada y analizada bajo los niveles principales: el primer nivel corresponde a la política como medio que permite el funcionamiento normal de las instituciones, es decir, que está sometida a leyes, obedece a una lógica específica, y deriva de necesidades históricas, sociales, económicas y culturales; nunca es producto del azar. El segundo nivel sirve de complemento al anterior, corresponde a la política tal y como aparece a diario en los periódicos y revistas, radio, televisión y también en la calle, en las conversaciones, reuniones, tendencias de masas; con sus periodos de agitación (elecciones, crisis, guerras, huelgas, etc.) y su inevitables recaídas a la indiferencia y a la calma.
Es así como la política esta inmersa en la vida diaria, y casi siempre constituye un tema constante de critica, porque el hombre, raras veces, esta satisfecho de su situación en la sociedad. Tenemos, pues, dos maneras de abordar la política, una macro-política, centrada en conjuntos globales y funcionales, y una micro-política, relacionada con los diarios e inmediato.
La política no solo es a nivel institucional, jurídico, oficial y funcional, sino también y ante todo la presencia de los individuos, su intervención autónoma, su poder de adaptación, sus actitudes comunes, sus comportamientos opuestos, su capacidad de creación y de invención de nuevas formas sociales, esto es, la variación de la conciencia colectiva. La política es el escenario vivo y cambiante de los problemas que plantean la relación entre los hombres; es el marco de la realidad que encuentra la vida cotidiana.
Estudiar el fenómeno político es antes que nada tomar conciencia de la relatividad y variedad de los sistemas sociopolíticos, es intentar comprender la vida social bajo el ángulo de la evolución, el cambio, la diversidad y la discusión.
Estos fenómenos surgen a partir de las actitudes y el comportamiento político que los individuos como parte de una sociedad manifiestan. Las actitudes explican el comportamiento observable. Constituyen la probabilidad de un comportamiento dado en una situación determinada, el conjunto de actitudes que se relacionan con objetos políticos caracterizando a los individuos, miembros de un grupo determinado, forman lo que se denomina la cultura política.
Las actitudes políticas de un individuo se forman en función de la experiencia que tiene dicho individuo de la situación a la que se enfrenta. Las experiencias son numerosas y variadas, pero pueden reagruparse en torno a tres ejes principales: la experiencia personal, la experiencia que tiene el sujeto de los diversos riesgos de la vida política, y de los valores discutidos en el gobierno de los hombres; y de la experiencia que el sujeto tiene de la sociedad como régimen político con sus fuerzas constituidas, sus instituciones y sus leyes.
Pero la experiencia sola no basta para justificar la situación política de un individuo, ya que esta sufre también la influencia de los factores sociales, es decir, de su pertenencia a una clase social determinada, o a un grupo organizado, o a un grupo primario (familia, amigos, etc.) la situación socio-económica de un sujeto, desempeña un papel de extrema importancia, ya que sus actitudes van a ir encaminadas a sus interés y a su estilo de vida. La pertenencia a un grupo organizado influye en forma especial en la actitud de un sujeto, influencia que se manifiesta a través de una intensificación política. Cuanto más se introduce un sujeto en una organización social numerosa, mayor es su compromiso político. Esta pertenencia va acompañada por presencias políticas determinadas.
El sujeto esta influenciado en sus presencias políticas, por el contexto social en el que está interesado, pero esto no elimina el campo real de la vida de un hombre. Los factores biológicos también influyen en las actitudes políticas. Las características bio-sociales (edad, raza, sexo, etc.) o los mecanismos reguladores de la vida y de la salud no dejan de tener influencia en los comportamientos políticos. Todo comportamiento político esta motivado. Pero en toda sociedad, la política es un hecho secundario en las preocupaciones individuales. La implicación en la vida política se manifiesta primero por el tipo de interés que origina la vida política en si.
Para algunos, se realiza por gusto, el mismo objeto les parece sumamente atractivo y percibe su interés. Para otros, la viada política se identifica como un espectáculo que incluye carreras, campeones, perdedores, etc. Este fenómeno se produce de manera especial en la sociedad de masas en la que vivimos. La importancia que se atribuye a la vida política varía según el grupo de pertenecía y los valores de la comunidad política.
La imagen que se tiene del poder político difiere según el nivel educativo y su situación socio-profesional; la imagen que se forma un ciudadano en un país sometido a la dictadura no es igual a la del habitante de una democracia de tipo occidental. El poder político puede caracterizarse especialmente por su ideología, por su fundamento, o por la importancia que concede a lo que los ciudadanos piensan de él.
No hay que determinar la importancia que tiene el carácter nacional, es decir la influencia que tiene la política y su gobierno en los ciudadanos de cada nación, esto se da gracias al nivel de cada institución y de cada individuo, es decir el nivel de interés político del ciudadano, pues cuanto más estudios ha realizado un individuo, mejor informado está y en forma paralela más fuerte se siente frente al poder político, creándose con esto una imagen del poder político, que por lo regular son polos opuestos.
Una parte es la mala o negativa, que es lo que daña a los que dependen de él. La opinión general es que la política pervierte al que la practica. Del mismo modo, los funcionarios serian seres malvados contra los que hay que defenderse, pero paradójicamente no se rechaza tajantemente la existencia de un gobierno, se acepta como un “mal necesario”.
El otro aspecto es el bueno, en donde el poder muestra generosidad para con los ciudadanos, en donde el poder político puede aparecer bajo un aspecto proteccionista, o sea el de un organismo puesto a disposición del pueblo. Lejos de un intento de privar a los ciudadanos de cualquier cosa; el poder desea hacerles la vida más fácil.
Las posturas que toman los ciudadanos según Robert Lane se divide en cuatro clases:
El alienado político, es el que se siente ajeno al sistema político. El integrado político; es aquel que tiene clara conciencia de que no puede ejercer influencia para resolver los grandes problemas. Pero no por ello deja de creer en su propia importancia política. El divorciado de la política; es aquel que piensa que los poderes políticos están, teóricamente, a su servicio, pero que no comprende en absoluto en que aspecto concreto influyen en su vida. Los tradicionalistas políticos, son aquellos que piensan que la política forma parte de un orden natural.
Todas estas características de la participación de los individuos en la vida política son importantes para comprender la manera de comportarse de los individuos como masa, que de tal o cual forma se ven influenciados por su entorno, tanto macro-político, como micro-político, todas estas representaciones que se hacen los ciudadanos son de carácter subjetivo, así es que para entenderlas hay que reconocer las características de cada población es decir, la edad, sexo, nivel de estudios, medios de comunicación y experiencias.
La conclusión a la que se puede llegar mediante esta reflexión, es que, lo psíquico si puede ser un elemento importante en la determinación de algunos acontecimientos políticos
Reflexiones Psicológicas
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