La madre de la novia
Si hay una persona que esté más nerviosa que la mismísima novia o novio el día de su boda; esa es la madre. Sobre su mente planean un sinfín de pensamientos y recuerdos que le llevan a revivir su propia experiencia años atrás.
La emoción le embarga... pero también la preocupación sobre su aspecto.
Después de observar meticulosamente a la protagonista, las miradas críticas de todas y todos los invitados se posan inmediatamente en... ¡la mamá!, sin permitir que se les escape un solo detalle.
¿Estaré acorde con la ocasión? Si se acerca el día de la boda de tu “pequeñina” o “pequeñín” y esta pregunta no te deja conciliar el sueño, no te apures. Dejarles, literalmente, boquiabiertos de admiración es mucho más sencillo de lo que en realidad piensas.
Las prisas... fuera
¿Eres de las que nada más enterarse de la fecha de boda de tu hija o hijo corres desesperada a la boutique más cercana a comprarte el traje que lucirás? Pues... ¡suspendida! Para obtener un sobresaliente, deberás tomártelo con mucha más calma y no avanzarte a los acontecimientos. Si adquieres el vestido con demasiada antelación, corres varios riesgos: que elijas el primero que te muestren sin prestar atención al resto de la oferta, pase de moda o, simplemente, descubras más adelante un traje precioso que te sentaría de maravilla... Tampoco se trata de esperar hasta el último momento. Lo más prudente es que “inicies la búsqueda” con, aproximadamente, dos meses de margen. De esta forma, dispondrás de tiempo más que suficiente para hacerte las pruebas que sean necesarias y realizar los arreglos pertinentes.
Resplandeciente y cómoda
Puede que esos zapatos sean preciosos, pero si apenas te permiten caminar, será mejor que desistas y fijes tu mirada en un tipo de calzado que respete tus pies y no te arruinen el día... Alegra esa cara, pues hoy día encontrarás en el mercado unos modelos realmente exquisitos y muy, muy cómodos. Recuerda que los tacones de aguja no son los únicos reyes de este tipo de ceremonias. Los zapatos de salón e incluso los botines, dependiendo, como sabes, del tipo de traje que vistas, constituyen una opción igual de válida.
A tu gusto...
El tono malva de ese blusón es lo más bonito que has visto nunca... pero, la verdad es que no te favorece demasiado. La premisa básica que debe guiar tus pasos a la hora de arreglarte para una ocasión tan especial es tener en cuenta tus preferencias, siempre y cuando compruebes que el diseño, la textura y los tonos elegidos te sientan bien. Toda la gama de colores está de moda. Así que no temas por si el tono que mejor te sienta es el menos actual, porque esto no ocurrirá. Si sientes especial predilección por el negro o el color crudo, puedes llevarlos sin ningún tipo de problema, pues ya no se consideran inadecuados para estas ocasiones.
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