Votar o no votar

Muchas veces nos cuestionamos si como ciudadanos debemos ejercer el derecho al voto o no. Los tiempos que nos ha tocado vivir, el desarraigo con los dirigentes políticos o los episodios de conductas reprobables, nos han sumido en la mas absoluta decepción. Consideramos injusto que los programas electorales sean un mero elemento necesario para influir en la decisión final, independientemente de las circunstancias. No voy yo a cuestionar la labor del gobierno actual, ya se cuestiona ella sola, pero creo que no me equivoco si pongo de manifiesto el desencando de mucha gente. Los esquemas se han roto, ya no hay componente ideológico en el adn de los partidos, ejecutan sus programas en función del interés particular amparándose en la necesidad de cumplir con los preceptos de la ortodoxia foránea. Nos gobiernan al estilo teledirigido. Y no digo yo que nuestro gobierno actual esté cómodo en semejante situación, pero le reprocho un poco mas, bueno un mucho mas de autoridad. Los manejos patrios deben ser ejecutados aquí, las conformidades germanas o británicas responden a intereses vinculados a su política interior; tienen que responder ante su gente. 

España lleva navegando a la deriva mucho tiempo, y no creo yo que sea una cuestión de capacidad o de aptitud por parte de quien nos dirige, el culpable de todo. Los ciudadanos tenemos mucha culpa ya que no hemos sabido imponer un criterio diferente al propuesto. No es imposible cambiar las cosas, no es imposible hacerlo diferente. Tenemos que cambiar el sistema, el funcionamiento del estado, la burocracia, acomodar las leyes a los nuevos tiempos, eliminar lo superfluo y optimizar la gestión de lo imprescindible. No se debe bombardear el estado del bienestar, esquilmar la denominada clase media; no se debe cuestionar el carácter social de los servicios públicos, son necesarios para una sociedad mas justa e igualitaria, ahora bien, debemos disponer de aquello que podemos mantener. Hay que adecuar la gestión de lo público a los nuevos tiempos, en fin, que me lanzo y me disperso.

Que hay que votar, en conciencia, pero votar porque no nos queda otra.