Si trabajamos o estudiamos en casa, a la hora de adquirir una lámpara de escritorio necesitamos saber qué características hacen adecuada una lámpara de escritorio y cómo colocarla para que cumpla sus funciones.
Recomendamos, en primer lugar, una lámpara que proporcione luz general para la visión del espacio, ya sea colgante o de pie. Eso evitará el castigo ocular, tan frecuente entre quienes dedican mucho tiempo al escritorio. Después es necesaria una lámpara de escritorio específica, que tenga buen alcance.
Si usamos ordenador, coloquemos una lámpara que suministre luz desde atrás, o bien directamente al teclado, que es donde fijamos la vista. Si tenemos otras zonas que iluminar, como estanterías, son más adecuadas las lámparas de escritorio pequeñas con brazos movibles, que se dirigen hacia donde lo necesitemos. Finalmente, una mesa pequeña requiere una lámpara de escritorio pequeña que ocupe poco sitio.
En cuanto a las bombillas, las hay de diversas clases, como incandescentes, halógenas, LED, de bajo consumo, etc. Las halógenas nos permiten regular la intensidad de iluminación, los cual nos parece interesante. Las bombillas de LED ofrecen una iluminación puntual y directa pero de baja potencia. Las de bajo consumo son eficaces y económicas, y las de amplio espectro se parecen a la luz natural y son muy saludables física y mentalmente.
A nuestro parecer, para la lámpara de escritorio conviene las bombillas de bajo consumo, antireflejantes (para que no produzcan brillos sobre la pantalla del ordenador) y con un voltaje medio, pues no necesitamos gran iluminación, al contar con otra lámpara general. De luz blanca, mejor que amarilla o de color, que cansan la vista.
En cuanto al diseño, nos podemos decantar por las lámparas de escritorio básicas, que armonizan con todo tipo decoración. Si el entorno es moderno, busquemos una lámpara de escritorio del mismo estilo, o ecléctica, que sirve para varios ambientes en caso de cambiar el escritorio de lugar.
