El botijo, un envase lleno de historia

El ‘botijo’ de cerveza ha protagonizado una parte interesante de la historia del ocio madrileño y ha marcado a toda una generación. Diseñado por Mahou en los años sesenta y lanzado al mercado por vez primera en 1962, el mítico botellín de 20 centilitros tuvo tanto éxito que se convirtió en el formato clásico utilizado para beber la cerveza.

En los años 80 desapareció el envase para satisfacer las exigencias de los nuevos tiempos y actualmente se ha convertido en todo un símbolo, objeto de deseo de coleccionistas y amantes de la cerveza. De hecho, no es extraño encontrar en la red plataformas en las que se subasta o se busca este amado formato, testigo de toda una época de nuestra historia.

Los nostálgicos del ‘botijo’ pudieron disfrutar el pasado mes de diciembre de una edición especial del botijo o del también llamado quinto. Durante tres días (19, 20 y 21) Mahou Cinco Estrellas se sirvió en este legendario envase en más de 300 bares distribuidos por todo el centro de Madrid.

Se trata de un proyecto impulsado por la Factoría Mahou -el alma de la marca- en colaboración con cada uno de los comercios y establecimientos participantes de esta aventura que recrea el Madrid de los años 60. Para ello, en los bares se utilizaron los carteles publicitarios de la época, el arte, las recreaciones del aspecto de las calles y se sirvieron los botijos tal y como se hacían entonces. Todo un viaje a través del tiempo que ha transportado a los habitantes de Madrid por las distintas épocas de la capital, desde los tiempos sesenteros hasta nuestra actualidad.

Durante el mencionado fin de semana, los consumidores que pidieron su quinto de cerveza en cualquiera de los bares que formaban parte del proyecto, pudieron llevárselo a casa para conservarlo como una auténtica pieza de museo.

En definitiva, estamos ante una operación de marketing breve pero inteligente, que ha precedido de forma inmediata la campaña navideña de Mahou, complementándola a la perfección.

La cerveza castiza por excelencia demuestra, una vez más, sus fuertes vínculos con la historia y la vida cotidiana de la capital española desde que se fundara hace 125 años.