Técnicas para curar el hormigón
En Canhor, una empresa que trabaja con máquinas de extendido de concreto y canales de hormigón, manejamos algunas técnicas para curar el hormigón, que como sabemos es otro paso importante para que el hormigón se mantenga saludable y estable por mucho tiempo. Para que el concreto tenga un excelente estado hay que aprender a mantener y controlar la humedad que se distribuye en la superficie de la obra, además debe estudiarse la temperatura del concreto para poder determinar el tipo de curado que se llevará a cabo. De cualquier forma en este artículo revelaremos algunos de estos métodos para garantizar la calidad de las construcciones.
Métodos para curarlo
Hay muchos métodos para curar el hormigón, sin embargo hay 3 que destacan del resto, el primero consiste en mantener un ambiente húmedo mediante la aplicación de agua de forma frecuente, hay otra forma en donde el suministro de agua se da solo en la etapa de endurecimiento del concreto otros en los que se busca ganar resistencia del material, los 3 son útiles y de provecho.
La técnica escogida para curar el concreto dependerá en la mayoría de los casos del tipo de mezcla, volumen y la forma del elemento, también puede influir otros factores como por ejemplo: la disponibilidad de materiales para la protección y el curado del hormigón, los costes y las instalaciones de producción, estos, como ven, son agentes que dependen de la intervención del hombre.
Una técnica para mantener el concreto saturado
La técnica de la inundación para curar el concreto, no es muy utilizada puesto que para llevarlo a cabo es necesaria la inmersión total de la pieza terminada de concreto en agua y como como imaginas, es un proceso poco práctico. Sin embargo, creemos que en superficies planas, este método es especialmente útil, por ejemplo: pavimentos, pisos, entrepisos e incluso techos planos y en toda superficie en donde se pueda un estanque falso para mantener la pieza hidratada.
El rociado es útil para curar el concreto
Otra técnica muy común en obras de hormigón es el rociado, pero para ponerlo en práctica se debe tener en cuenta la temperatura ambiente y analizar si está por encima de la congelación, también deberá observarse si la humedad es baja. Una vez que se haya concluido este pequeño estudio y se note que todo está bien el siguiente paso es colocar una boquilla en la manguera y abrir algunos agujeros en la manguera para garantizar que el rociado cubra toda la zona o superficie trabajada.
Para un mejor efecto, se recomienda que sea un regado continuo, porque al hacerlo de forma interrumpida, se corre con el riesgo de que el concreto seque, por lo que se puede desarrollar futuras fisuras.
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