Convivencia posterior a una ruptura o separación familiar.
Es muy común que lleguen a nuestras oficinas padres, madres o abuelos que piden asesoría por que posterior a un proceso de separación se ven limitada la convivencia y derecho de visita. Sin embargo últimamente nos hemos dado cuenta que los adultos no alcanzamos a comprender que los niños/as tienen derecho de visitar, convivir y estrechar vínculos afectivos con su familia extensa, ya sea materna o paterna. Si los padres posterior a un ruptura no asimilan que la relación entre hombre y mujer concluyó y que la relación como padre y madre deberá subsistir y comenzamos a boicotear esa relación, pensamos que la venganza será para con el otro padre, pues le hablamos mal al hijo, le decimos que fue su culpa la ruptura y transformamos la realidad en una historia de nunca acabar, provocando en el hijo/a un sentimiento de enojo, frustación, angustia, etc. a tal grado que se sienta culpable de querer al otro padre o madre.
Debemos de tener en claro que los hijos no son botin de guerra, que tienen derecho de crecer en un ambiente sano y que si desarrollo sea lo más pleno posible, recordar que los padres son los primero que deben de garantizar ese interés superior que se habla en los instrumentos internacionales y en toda la legislación en materia de Protección a la Infancia.
Es triste cuando los adultos no comprenden que los hijos no de divorcian, ellos no son quienes han concluido el matrimonio, que el vinculo familiar subsiste y que nadie absolutamente tiene el derecho de impedir que un niño/a conviva con su familia extensa o con su padre/madre no custodio.
El hecho que las mujeres ejerzan la guarda y custodia no les da la propiedad de los hijos/as, ni las hace ser las únicas que pueden decidir sobre la vida de sus hijos, de la misma manera los padres que tienen la custodia efectiva de los hijos/as. Tampoco los abuelos maternos y paternos según sea el caso son los guardianes impenetrables para que el otro padre/madre pueda ver a su hijo/a, cuando les dejan bajo su cuidado al nieto, sintiéndose también dueños del niño/a y opinando sobre si puede o no llevarse a convivir un padre a su hijo.
El día que realmente cada adulto actué como un verdadero padre o madre, y posterior a una separación o divorcio puedan separar la relación de hombre y mujer de la relación padre y madre, creo que será el día que realmente analicen y ambos valoren el verdadero sentido de ser padres, actuando maduramente en beneficio de sus hijos/as.
MDF. Anaid Farid Munoz Cerdá.
Registro automático