Crisis de Pánico desde la Psicología Analítica
Priscilla tiene 28 años, es profesional y vive con su pareja hace dos años, previo pololeo de cinco años. Llegan de otra ciudad a la capital hace dos años, con el fin de establecerse profesionalmente. Como motivo de consulta refiere haber tenido crisis de angustia hacía una semana. Era la tercera de dos crisis anteriores; la primera hacía dos años y medio y la segunda hacía cuatro meses. Sus manifestaciones sintomáticas durante las crisis son: Sensación de ahogo y mareo; taquicardia; llanto recurrente sin explicación racional y miedo; sentido de irrealidad; y dificultades en el dormir. Su temor más grande tiene que ver con que, sin ningún motivo aparente, ocurra una nueva crisis, ya que fue así como experimento la primera. Ahora ella tiende a evitar salir al cine o a juntas sociales. Refiere que su madre fue una “persona nerviosa” y muy preocupada de lo que ella hacía de chica, generalmente de lo que no fuera correcto o normal; expone que madre también sufría de estas crisis. Esto hacia que la madre fuera más evitativa incluso afectivamente y muy enfocada en exigir y corregir. El padre mantuvo una actitud pasiva y evitaba la confrontación, lo que llevaba a conflictos conyugales serios que afectaban en demasía a la paciente. Refiere que se mudaban bastante de casa y región, y que era muy complicado para ella, al ser tan introvertida, establecer nuevas relaciones con pares. Una crisis de pánico o ataque de pánico es aquel estado mental y físico que puede llegar a experimentar una persona en algún momento de su vida, principalmente en la tercera década. La característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, en ausencia de peligro real, que se acompaña al menosde 4 de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos. La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez, entre 5 y 10 minutos, acompañándose a menudo de una sensación de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de escapar. De esta manera varias crisis de angustia constituyen el trastorno de pánico, enmarcado dentro de los denominados trastornos de ansiedad, junto al trastorno de ansiedad generalizada, trastornos fóbicos, trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos por estrés postraumático, según el DSM-IV-TR. Los síntomas más recurrentes para identificar la crisis como tal son: - Sensación de presión en el pecho y taquicardia - Sensación de ahogo y atragantamiento - Mareo - Dificultad para comunicarse - Sensación de pérdida de control y miedo a perder la razón - Sensación de miedo a la muerte - Deseo de escapar del lugar, momento y situación en que se da la crisis o asociados a crisis anteriores Desde la psicología analítica nos referimos a la psicodinámica del pánico para poder entender en su fenomenología y funcionamiento a este trastorno. Es así como para entender sus causas, nos basamos en el arquetipo y su actualización; entendido este arquetipo, como patrón que organiza y estructura el psiquismo humano, donde las imágenes, los símbolos, las cogniciones, las emociones y las conductas son sus formas de expresión. El patrón arquetípico del pánico es personificado por Pan, aquel semidios de la naturaleza en la mitología griega, asociado metafórica y psicológicamente al impulso instintivo, a la debilidad y el abandono, al comportamiento en su curso más natural, a la huida, y, paradójicamente, a la protección. Básicamente en esta psicodinámica encontramos que el individuo se resiste al cambio y a la transformación profunda, estableciendo en su lugar, formas de inhibición y evitación como impotencia vital. Esto puede estar vinculado a eventos de la biografía del paciente ocurridos hasta los 18 años de edad tales como: muerte o abandono de los progenitores (pérdida real); percepción de lejanía emocional (pérdida simbólica); conflicto familiar o enfermedad prolongada (amenaza de ruptura vincular). Cabe destacar que en la actualidad se investiga cómo tanto factores genéticos como ambientales y su interacción durante el desarrollo están siendo asociados a la constitución de estas tendencias comportamentales. Generalmente sí, siempre y cuando se descarten causas que pueden tener que ver con alteraciones orgánicas o consumo de drogas; es decir que alguien puede manifestar crisis de pánico bajo estas últimas influencias sin que esté vinculada la crisis con las causas referidas en el punto anterior. La psicoterapia analítica con estos pacientes se enfoca en reestablecer el aspecto protector o positivo del pánico, entendido este como la conexión con las vivencias reprimidas y sentimientos íntimos que se fueron configurando en amenaza para el sujeto en la relación con los otros y en el mundo (contexto). Podríamos decirlo también como el trabajo psicoterapéutico orientado a que el individuo aprenda a reconocer, experimentar y preservar lo más verdadero de su identidad, que tiene que ver con lo que a través del pánico irrumpe indiscriminadamente. En este sentido se ayuda y acompaña a los pacientes en ir transformando su inseguridad y dependencia en el ser protagonistas y agentes activos en y desde sus emociones y sentimientos más profundos a partir de nuevos significados. Para tal fin se precisa de técnicas de elaboración simbólica: verbales, corporales, dramáticas, imaginativas y psicoplasticas. Estas crisis pueden llegar a ser duraderas generalmente hasta los 35 años en personas que no se implican en tratamiento alguno. Sin embargo, con un tratamiento hecho lo suficientemente correcto, las personas llegan a experimentar cambios significativos.
Si necesitas saber más, puedes leer sobre los sintomas crisis de pánico y enterarte sobre sus causas y su tratamiento. Recuerda tratar este problema se trata a tiempo.
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