Historia de la ortopedia y la fisioterapia

Ciencias como la ortopedia y la fisioterapia existen prácticamente desde que el ser humano fue capaz de comenzar a utilizar instrumentos para ayudarse en su día a día, en la prehistoria. Sin embargo, los verdaderos padres de estas ciencias tardarían varios siglos en ver la luz.

Hipócrates, Aristóteles y Herodio, entre otros, nos dejaron múltiples documentos en los que realizan un compendio de todos los tipos de fracturas, articulaciones y maneras para hacer sanar los cuerpos de los pacientes de la manera más rápida posible y de forma que les permitieran conservar el miembro afectado.

En ellos se promovía la filosofía terapéutica que consistía en promover la autocuración del propio cuerpo mediante la kinesoterapia o Terapia del Movimiento como Agente Terapéutico.

Del mismo modo, en el Ars Gimnástica, Herodio perfeccionó una serie de métodos que permitían a los ciudadanos de las polis griegas fortalecer sus extremidades y prepararlas para el deporte, la guerra o la caza con el fin de evitar posibles lesiones. Con la conquista de Grecia por parte del Imperio Romano fue éste el encargado de perfeccionar y consolidar unos conceptos que a día de hoy todavía siguen vigentes gracias a su gran efectividad, como la hidrokinesiterapia, la masoterapia, la poleoterapia y los ejercicios terapéuticos por parte de fisioterapeutas.

Tras la caída del Imperio Romano y la llegada de la Edad Media muchos monjes se dedicaron, como sabéis, a conservar todo el conocimiento heredado en las bibliotecas de monasterios y claustros. Y fue el turno del mundo árabe de regalarnos una valiosísima serie de textos en los que se desarrollan todo tipo de agentes físicos para promover la curación de zonas con lesiones tales como los ejercicios terapéuticos, los masajes y manipulaciones y las tracciones.

Pero no será hasta el Renacimiento que todos estos textos son tenidos de nuevo en cuenta y aplicados. La fisioterapia y la ortopedia prácticamente cayeron en el desuso durante la Edad Media, sobre todo aquellas técnicas que conllevaban la realización de cualquier tipo de cirugía.

Y no fue hasta pasadas las Guerras Mundiales que, de nuevo, se profesionalizaron ante la fuerte necesidad que había de hacer uso de ellas.

A día de hoy, todas estas ciencias se han convertido en algo más que una manera de corregir traumatismos y problemas congénitos. Nuestra sociedad comienza a comprender la necesidad de mantener un cuerpo sano, fuerte y preparado a través de la gimnasia para evitar la aparición de todo tipo de lesiones e incluso para alargar nuestra vida y proporcionarnos una mayor sensación de bienestar y felicidad.

Ante esto, la ortopedia ha evolucionado con el fin de proporcionar herramientas y productos que no sólo permitan la correcta curación de la lesión una vez que esta se ha llegado a producir. Sino también que mejoren la calidad de vida de aquellas personas que, por el motivo que sea, disponen de una capacidad de movilidad limitada.

Hablamos, por ejemplo, de los andadores y los bastones diseñados para personas mayores que necesitan de un apoyo extra para poder llevar a cabo su día a día de manera habitual. De las camas y los sillones ortopédicos que nos permiten adoptar una postura que resulte cómoda para nuestro cuerpo tanto si tenemos algún tipo de lesión como si vamos a necesitar estar mucho tiempo en reposo absoluto. Pero también de las sillas de ruedas e incluso de las sillas y las muletas anfibias.

Estas dos últimas son la mejor muestra del nivel que hemos alcanzado para garantizar la calidad de vida de nuestra sociedad, permitiendo que todo el mundo, con independencia de sus limitaciones, pueda disfrutar de algo tan simple como un paseo por la playa.

En cada país, evidentemente, la evolución de cada ciencia habrá seguido un camino diferente y hasta puede que en algunos se haya llegado más lejos de otros.

Pero gracias a la nueva revolución que estamos experimentando a nivel global gracias a Internet, cualquier persona, en cualquier parte del mundo, tiene la posibilidad de beneficiarse de los avances técnicos y científicos más punteros.