La problemática de los contenidos programáticos en la educación - Estudio hecho en el Taller de Carpintería de una Escuela Técnica
Desde hace algo más de 7 años, me vengo desempeñando en mi carácter de Docente como Maestro de Taller, en el Taller de Carpintería de la Escuela Técnica N°.1.
En el mismo, al igual que en los talleres de Carpintería de las restantes escuelas técnicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el trabajo realizado por los alumnos (mujeres y varones cuyas edades promedian los 14 años) es de índole netamente práctico, con algunas temáticas teóricas inherentes al trabajo con maderas, en algunos casos, que son mínimas comparadas con la carga horaria neta del Taller.
Este Taller corresponde al Primer Año del Ciclo Básico, y tiene una duración de un trimestre, con una carga horaria de 8 horas-reloj semanales, repartidas en dos días.
Si bien el Taller se encuentra formando parte de la Escuela, y de su PEI, que data del año 2012, los contenidos del mismo prácticamente no han sufrido variantes desde que yo fui alumno, en el año 1986, hasta la actualidad. Antes los alumnos construíamos una repisa y un posa-pavas, con madera de pino, utilizando herramientas de carpintero; y en la actualidad, desde poco antes que yo llegara a la Escuela, se construye un banquito.
La parte Teórica está representada por la confección de una carpeta compuesta por dibujos (croquis, a “mano alzada” y/o utilizando instrumentos geométricos; a libre albedrío del alumno) de elementos del Taller, en su mayoría herramientas. Los dibujos están enmarcados por un recuadro y rótulo, similar al empleado en la Asignatura Tecnologías de la Representación (antes llamada Dibujo Técnico); encabezados por una carátula. La parte escrita se les pide la realicen con letra técnica, o imprenta, según el grado de habilidad que posean al respecto; para lo cual tenemos en cuenta lo que hayan aprendido en Tecnologías de la Representación.
Con respecto a la verticalidad de los contenidos, no ha habido una reflexión acerca de si despiertan o no la criticidad y creatividad en los alumnos; quizás por el hecho de que los educandos muestran entusiasmo al momento de tener que realizar las tareas manuales; no tanto quizás al momento de realizar la carpeta, que también la hacen en el Taller; aquí sí debiéramos detenernos y evaluar seriamente la posibilidad de un cambio, tendiente a corregir esa cuestión. En este sentido, nos manejamos con cierta libertad dentro del Curriculum vigente. La limitación que sí existe es de índole económico, pues en caso de eliminar la confección de la carpeta, deberíamos cubrir ese tiempo con la realización de otra actividad práctica, complementaria al Banquito; y ello por el momento es imposible, pues el presupuesto para la compra de madera es limitado.
Debiéramos de todas maneras sentarnos los docentes del Taller y reflexionar por medio de una investigación temática, que nos permita dilucidar en profundidad acerca de los intereses reales de nuestros alumnos, y relacionarlos con los contenidos que enseñamos en el mismo. Que nos quede en claro qué contenidos producen “extrañamiento” (según Freire) en nuestros alumnos, y producen su desmotivación, quizás sin que nos demos cuenta. Con respecto a esto, es interesante incorporar al principio de la cursada del Taller una investigación temática específica, representada por un cuestionario (anónimo, para que los alumnos no se sientan presionados ni teman “represalias” ante sus respuestas, en caso que sean “adversas”), cuyas respuestas nos hagan reflexionar sobre si el proceso de enseñanza-aprendizaje que estamos llevando a cabo, lo realizamos convenientemente, o hay que realizar ajustes y/o determinados cambios, dentro de las posibilidades.
Con respecto a la problematización de los contenidos, deberemos detenernos y evaluar si, pese a que los alumnos se muestren “cómodos” con las tareas prácticas que realizan, es necesario efectuar reformas en ellas, para de esta manera despertar en ellos un mayor interés por aprender, reflexionar y criticar.
Pensando desde una óptica progresista, siendo que las actividades prácticas (en este caso con la madera) brindan enormes posibilidades educativas y de creatividad de los alumnos, podríamos pensar en ejercicios y prácticas originales a cargo de los alumnos; obviamente brindándoles los conocimientos básicos esenciales necesarios para su desarrollo, pero que luego den rienda suelta a sus habilidades cognitivas particulares. Contamos con la gran ventaja de que esta disciplina es altamente motivadora para ellos. En este punto volvemos a las limitaciones de índole económico, pero dentro de ellas, debemos tratar de lograr el máximo despliegue de las aptitudes creativas de los adolescentes. Asimismo, aprovechar el aporte de lo que se encuentre en Internet, en lo inherente a los trabajos en madera, tarea que ellos mismos pueden realizar; por medio de sus teléfonos celulares o sus netbooks, si bien por el momento no contamos con servicio de wi-fi en los talleres, pero pueden realizarlo con el servicio de Internet que les brinden las compañías de Telefonía a través de sus teléfonos celulares; si bien la velocidad es inferior, tendremos que adaptarnos a ello, y esperar que algún día tengamos el servicio correspondiente.
De nosotros, los docentes, depende dar este puntapié inicial. Quizás, algún día, se logre un cambio radical que nos permita lograr la liberación plena de nuestros alumnos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y que sean sujetos plenamente críticos y desarrollen a pleno sus potencialidades cognitivas.
Bibliografía consultada:
- Texto "La problemática de los contenidos programáticos de la educación", correspondiente a la Unidad IV de la materia Epistemología, de la carrera Licenciatura en Tecnologías Educativas, de la UTN - FRBA.
Bibliografía sugerida:
- Libro "La pedagogía del oprimido"; Autor: Paulo Freire
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