Aprendiendo a vivir en Yoga 1
“El dominio de la disciplina yóguica consiste en un equilibrio entre ciencia y arte. El conocimiento de la ciencia sería como los colores en la paleta de un pintor: cuanto más conocimiento se tiene más colores disponibles. El cuerpo es el lienzo y las âsânas son el arte que creamos”
Hasta que no fui bastante mayor no me di cuenta realmente, de cómo situaciones que vives de pequeña marcan tu vida profundamente hasta tal punto de que, si no tomas consciencia de ellas, de una forma u otra, no se superan y se arrastran como una pesada carga que marca todas las decisiones de la vida, comportamientos, enfermedades, felicidades,…
La angustia de la vida, el sufrimiento de vivir será más leve desde el momento en el que uno se percata de cómo pasó ese episodio de la vida que marcó de forma implacable pero que el tiempo y los consabidos comentarios como por ejemplo, “eso ya pasó…”, “eso fue historia…”, “bueno ya, ya no hace falta repetir esto una y otra vez…” ciertamente no ayudan a descubrir que consecuencias tuvo en la persona.
Reflexionando, de repente te das cuenta de que una situación traumática cómo la de pasar un año de la infancia, desde los seis a los siete años, metida en la UCI de un hospital con una enfermedad renal que me impedía moverme con normalidad, de la cual no se sabía si iba a ser capaz de soportar, apartada del entorno de seis hermanos y padre con la única presencia de la madre, enfermeras y médicos, cuando regresé a mi casa fue como si volviese a nacer puesto que tuve que aprender de nuevo a controlar las funciones básicas de un niño que aprende a caminar, a correr, a comer con cubiertos, etc tuve que recordar que tenía seis hermanos y un padre a los que después de un año, no sabía ni que existían. Fueron circunstancias que marcan una vida cuando a los siete años ante la competencia con otros seis niños, te metes hacia dentro apoderándose de ti la timidez, callarte, no protestar, no hablar para no ofender o molestar, aceptar con tal de no soliviantar, etc eso marca y hace que cometas a lo largo de tu vida una serie de errores que te harán crecer y evolucionar.
Si en esos momentos de mi vida el arte hubiera estado presente, si hubiese podido canalizar emociones a través de la creatividad…… hubiera surgido cualquier otra situación que creara conflicto para remover los cimientos de la consciencia.
El arte latía dentro de mi pero nunca pensé en estudiar Bellas Artes; siempre he estado enredando con las manos, creando con las manos y con el espíritu pero sin ninguna dirección, me complacía crear desde diferentes vertientes, la búsqueda de la belleza, de la armonía, del silencio, de la paz interior era lo que me hacía crear espacios, crear en mi misma una imagen armónica,…
La sensibilidad hacia el arte forma parte de mi vida desde que tuve uso de razón pero no fue, hasta bien entrada la madurez, cuando me deshice de parte de mis complejos y me lancé a crear pero la capacidad de crear no vino sola. Vino de la mano de la filosofía del Yoga y juntas, Arte y Yoga, me llevaron a la filosofía, pensamiento y cultura india. Entonces reuní mi formación occidental con la oriental y surgió mi paleta de colores: la ejecución del arte de las âsânas se materializaron en las gubias que tallaban la madera de mi cuerpo/lienzo y de la paleta de colores surgió el conocimiento. La unión de ambos, “vivir en Yoga”.
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