Cómo contratar un buen equipo humano para nuestro negocio

Entre los innumerables factores y variables que hay que tener en cuenta a la hora de crear y desarrollar un negocio, uno de los más importantes y difíciles de gestionar es el factor humano. A menos que nos postulemos nosotros mismos como marca, algo muy común en el caso de profesionales autónomos que ofrecen sus servicios personales a otras empresas actuando ellos mismos como tal, será imprescindible planificar nuestra futura nómina de profesionales e investigar a fondo innumerables perfiles con el objetivo de formar un equipo humano que nos permita cubrir todas las necesidades de mercado que hemos esquematizado previamente. Incluso en el primer caso, cualquier profesional autónomo que se constituya a sí mismo como empresa deberá delegar con toda probabilidad algunas tareas en contrataciones externas esporádicas. Por ejemplo, puede llegar el día en el que un redactor freelance del sector editorial tenga la necesidad de delegar tareas de diseño y corrección en otras personas, y en esos casos también es importante que sepa escoger y deposite su confianza en expertos que se adecuen a sus necesidades más inmediatas y a sus exigencias empresariales. No es sencillo, sobre todo porque es importante ceder cierta parte de esa elección a la confianza, y solo con el tiempo y con las tareas realizadas por las personas contratadas sabremos si nuestra intuición respecto a ellas era la correcta. Volviendo al caso de las empresas como tal, por regla general el equipo humano básico de una pequeña pyme suele estar conformado por expertos que cubran los pilares esenciales de cualquier negocio. Por ejemplo, es usual que necesitemos a un experto en administración económica para que lleve las cuentas de la empresa, del mismo modo que necesitaremos un profesional del marketing y las relaciones públicas para gestionar la reputación y la visibilidad de la empresa. Los demás perfiles siempre suelen variar, pero lo ideal sería disponer también de a un/a segundo/a de a bordo que actúe en nuestro nombre cuando nosotros tengamos un abanico demasiado amplio de tareas. Formar un buen equipo es una tarea complicada, pero si se hace bien siempre da frutos duraderos.