Política y coronavirus
Ayer 10 de abril, el ministro Illa recomendó el uso de mascarillas, ¡Qué poca vergüenza!, sí sí ayer, después de cuatro semanas de confinamiento y alguna más desde que el gobierno fuera advertido de la inminente llegada de la desgraciada infección por este asqueroso coronavirus.
No hace falta ser experto, y de los de verdad, para que además de las recomendaciones en países como Corea en la lucha contra epidemias, por lógica aplastante, si la infección la propagan en su mayor parte los famosos asintomáticos, que ni siquiera saben que están pasando o incubando la enfernedad, si llevaran mascarilla contagiarían a menos personas. La siguiente pregunta es de cajón, ¿cuántas vidas se hubieran salvado con el uso generalizado de mascarilla desde el comienzo de la crisis? Pero claro, como no se había sido previsor, y no se adquirió el material del que al gobierno se le aconsejó hacer acopio para estar preparado, nos pilló el virus en pelota de mascarillas y también de epis y respiradores. Por si hay dudas de que estaban más que avisados, basta leer la noticia de portada a cuatro columnas, que el día 25 de febrero publicaron los voceros oficiales del gobierno.
No vale decir que es problema un global, no vale escudarse con lo que hicieron tontos de baba como Johnson o Trump, no vale refugiarse en supuestos expertos de pacotilla. El que gobierna es Pedro Sánchez, y él y sus ministros son los que estuvieron y están encargados, obligados y tienen la responsabilidad de dar respuesta a esta situación. No hay más.
Pero no se preocupen, la apisonadora mediática al mando del general Roures y su centurión Ferreras contrarestarán y difuminarán la evidente responsabilidad del gobierno. Es más, los culpables serán los partidos de la oposición, que en estos momentos tan difíciles no habrán arrimado el hombro.
Todo esto pasará y nos dejará una factura económica que tendremos que arrastrar décadas, pero saldremos adelante. Aprenderemos y estaremos más preparados para cuando otro siniestro virus nos ataque. 2020 quedará marcado en la historia.
Otra pregunta, ¿qué planes de futuro tiene Sánchez? Muy fácil, seguir gobernando apoyado en los comunistas bolivarianos, herederos de ETA e independentistas. Que nadie confíe en el más mínimo cambio de rumbo, y si ve que la oportunidad le es propicia, nos convocará a elecciones el otoño que viene. La estrategia diseñada en aquella célebre cena en casa de Roures, con Zapatero de presidente, continúa.
Por último, ojo al panorama internacional. El virus nos invadió desde China y con el eje atlántico muy tocado, son precisamente los chinos, acompañados de los rusos, los que más provecho pueden sacar del asunto. Sin olvidar del daño que nos pueden hacer los yihadistas.
Ánimo que ya queda menos, a pesar del gobierno.
El sabio puede cambiar de opinón, el necio nunca
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