Algunos de los temores sexuales masculinos
Los temores sexuales masculinos pueden presentarse por algunas dificultades como eyaculación precoz, falta de deseo o de erección. Pero otros se encuentran vinculados con la desazón o el estrés generados por otros acontecimientos, preocupaciones laborales, monetarias, domésticas o bien por causas psicológicas como la incertidumbre. Para recrearse en las relaciones sexuales se necesita de relajación y sin reflexiones negativas que ofusquen el placer.
El comienzo de los temores
El principio de las dificultades sexuales se puede vincular con la falta de seguridad en lo personal por considerar como verdades ciertas opiniones aún vigentes en la sociedad actual. Algunas de ellas se refieren a que el pene debe de ser grande para dar placer, no eyacular hasta que la mujer sienta el orgasmo o mantener una erección estable y tener siempre deseos de sexo.
Mujeres imprudentes
Algunas mujeres también consideran válidas estas opiniones y dirigen algunas palabras inconvenientes a su pareja o realizan algún gesto capaz de hacer aumentar su turbación y falta de seguridad.
Quien sufre de manera mantenida un problema de inseguridad de este tipo, le convendría hacer terapia sexual para conocer y aprender determinadas técnicas además de para obtener información.
Manifestaciones de la inseguridad
Como resultado de esta inseguridad se pueden presentar diversos problemas como la eyaculación precoz, dificultad no infrecuente; el hombre que la padece no logra controlar su reflejo eyaculatorio y alcanza un orgasmo rápido y poco placentero, aunque la mayoría de los casos se suelen resolver con una terapia sexual orientada por un psicólogo; también se encuentra la disfunción eréctil, conocida también con el nombre de impotencia; se trata de la imposibilidad de mantener una erección en un tiempo suficientemente prolongado para complacerse en una relación sexual. Puede hacer su aparición por causas psicológicas como irresolución, por haber tenido una lesión o también como efecto secundario de algún medicamento. Si es por falta de gusto hacia su pareja es mejor hablar claro y definir. El médico debe determinar la causa y la conducta a seguir. Otro caso es la falta de deseo sexual o la indiferencia o falta de ganas por tener relaciones sexuales, siendo algo que perjudica también a la pareja, pues se culpabiliza de no inspirar deseo sexual al hombre, lo cual pudiera ser verdad, y por la opinión tan interiorizada de que los hombres en todo momento tienen deseos de tener sexo. En algunos casos, el problema se puede presentar porque el hombre no se siente cercano o enamorado de su pareja por falta de compenetración, problemas sin resolverse o deficiencias en la comunicación.
Otras causas pueden ser por haber sufrido en tiempos anteriores alguna relación sexual traumática o padecer alguna situación de tensional ajena a la relación de pareja, requiriéndose de terapia sexual y psicológica.
Pero, hay solución
No obstante, de una manera u otra, todos tienen solución, solo que se debe acudir al lugar correcto o actuar de la manera correcta.
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