Finca antigua
Una finca antigua se caracteriza por tener cierta estructura que la hace distinguir de las demás fincas, por lo general están construidas en un material llamado bahareque que es un compuesto elaborado con caña y barro, pues en los tiempos pasados para la construcción de una finca antigua no se contaba con cemento y ladrillo como ocurre hoy en día, por lo tanto tienen un aspecto más rústico. Adicionalmente, toda finca antigua que se respete, cuenta con una gran extensión de terreno poblado por árboles frutales, cultivos, arroyuelos y demás elementos que hacen que la finca antigua tenga un ambiente más campestre que de costumbre.
En estas condiciones una finca antigua tiene cierto aire que de inmediato recuerda a los abuelos, ya que muchos de los abuelos de cada persona tienen o tuvieron una finca de un aspecto de antaño. Donde pasaban tardes inolvidables con numerosas familias y vecinos de otras fincas cercanas.
La finca antigua puede ser de mucho agrado como referente turístico, ya que sus bellas locaciones traen recuerdos y agradables sensaciones, puesto que por lo general las fincas antiguas están acompañadas de hermosos paisajes que de inmediato generan un aire de libertad y tranquilidad, además los bellos artículos de decoración que se encuentran en una finca antigua, más que por su valor material destacan un verdadero significado simbólico para los habitantes de la misma. Es común encontrar en toda finca antigua utensilios como chimeneas, fogones de leña, cuadros pintados por artistas regionales, estanques en lugar de piscinas y muchos otros objetos que al ser vistos transportan al observador a un bello pasado histórico.
Sin embargo encontrar hoy, en medio del modernismo una verdadera finca antigua, es una tarea bastante difícil, pues las pocas que quedaban en lugares y regiones apartadas de los cascos urbanos municipales, han sido reformadas para estar a la vanguardia, lamentablemente hoy, el pasado cultural de muchos países que podía ser observado a través de cualquier finca antigua e histórica que reflejaba con su rustica presencia en un marcado y hermoso paisaje ha desaparecido dando paso a lujosas fincas que son destinadas para usos comerciales e industriales, y que por ende acaban con la estructura clásica de la finca antigua.
Se puede decir que toda finca antigua o la gran mayoría que hoy en día se pueden encontrar son reconocidas como patrimonio cultural y usadas para fines turísticos de cada región, fincas que ofrecen diversión y conocimiento para las jóvenes generaciones, que por el avance tecnológico desmedido de la urbanización sumada a la inconciencia social podrían quedarse sin conocer su pasado cultual y costumbres regionales.
En conclusión se puede decir, que quien tenga la oportunidad de visitar y conocer una finca antigua gozará de una inolvidable experiencia, que en todo caso puede ser compartida en familia como una jornada de descanso, al mismo tiempo que se le enseña a los pequeños sobre las bondades de las generaciones pasadas, pues esto constituye un privilegio que por las circunstancias sociales y los demás aspectos antes mencionados muchas personas no se pueden dar.
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