Reflexiones sobre la educación

El taoísmo defiende la idea de que el Yin y el Yang dependen uno del otro y son complementarios. Así, el sentido trascendental del taoísmo consiste en alcanzar el equilibrio, la combinación perfecta entre dos fuerzas supuestamente opuestas. De la misma forma, un auténtico educador debe encontrar el equilibrio perfecto entre los elogios y las críticas para mejorar la experiencia de aprendizaje de sus alumnos y alumnas.

En recientes investigaciones se ha demostrado que los estudiantes que reciben comentarios positivos de sus profesores tienden a obtener mejores resultados que aquellos que no los reciben. Dicho esto, los educadores deben esperar de sus alumnos algo más que buenas notas, ya que los estudiantes deben demostrar que pueden manejar la presión, enfrentarse a situaciones de complejidad y resolver problemas inesperados. Recibir una educación completa e integral no es una tarea fácil y los profesores deben actuar en consecuencia.

No obstante, hasta los mejores alumnos tienen un mal día. En esos casos, los educadores deben resolver cualquier problema de manera prioritaria, principalmente, en beneficio de sus alumnos. Por otro lado, no encuentro una razón convincente para tolerar y de apoyar a los estudiantes que se portan mal, interrumpen el desarrollo de las clases y obtienen malas notas en los exámenes.

Los experimentos pavlovianos encontraron una correlación entre la salivación y el sonido en los perros hambrientos, mediante una técnica conocida en psicología como condicionamiento. Aunque no es mi intención comparar a los estudiantes con los perros, el condicionamiento también influye en los seres humanos.

Si asociamos la retroalimentación positiva con la disciplina, las buenas notas y el trabajo duro, al tiempo que vinculamos la reprobación con la energía mal enfocada y los resultados educativos sin rumbo, los estudiantes podrán detectar también una conexión lógica y, por tanto, mejorar su rendimiento académico en general. A fin de cuentas, la crítica constructiva es una forma de estímulo, ya que determina cuál es el problema, mientras brinda formas de corregirlo y aprender de él.