Seguridad Cuidadana
La seguridad ciudadana es un punto que ha generado la atención actual. Todos los grupos de la política han sentado sus bases de proyección en función a este tema, pero esto no es un tema que se proyecta solo en la actualidad sino que se extiende desde los inicios de la existencia del hombre sobre la tierra.
Se consideraba la seguridad como una condición inherente a la vida del ser humano, un privilegio como elemento fundamental para su desarrollo físico y social.
Desde los inicios de la aparición del hombre sobre la tierra éste ya buscaba ir en grupo, para poder preservarse de los elementos naturales, de las fieras, aún en las cavernas, en los clanes ya buscaba la seguridad como medio fundamental para su supervivencia. Así se dejaron entrever las primeras bases de los liderazgos, ya empezaba a nacer el sentido del orden, de reconocimiento y de la convivencia integral.
La seguridad ciudadana es una función que el Estado debe promover, ya que sin ésta es inconcebible la existencia de un ente organizado, de una sociedad pacifica ya que el Estado debe velar por la protección de cada uno de sus ciudadanos. Pese a los esfuerzos por parte de las autoridades tanto políticas, policiales, como del Ministerio Publico así como todos los sectores involucrados en el tema, no ha sido suficiente para el combate de la delincuencia, lo que ha provocado un sentimiento mayoritario de inseguridad en la sociedad, que por ende se traduce en la falta de credibilidad en los organismos gubernamentales, ya que se cree que la inseguridad ha sobrepasado la capacidad de responder oportunamente por parte de la autoridad responsable, pues los sistemas clásicos de seguridad en cuanto a la prevención y represión no han podido demostrar su precisión.
En base a lo expuesto tenemos que la sociedad ahora es más activa y su participación es más notoria, participa activamente en los planes que se van a ejecutar y se organizan a efectos de protegerse mutuamente en barrios, urbanizaciones, asentamiento Humanos, asociaciones de vivienda, condominios.
A medida que las ciudades van creciendo, también crecen sus necesidades de seguridad, por ello se forman las organizaciones más complejas, con mejor infraestructura, mayor exposición de acciones directas para mantener la tranquilidad, el orden dentro de estas comunidades.
En un país como el nuestro que se encuentra luchando por su desarrollo, se vuelve inminente el incremento de la delincuencia, la misma que se enfoca dentro de tres aspectos, en primer lugar tenemos los delitos que están íntimamente vinculados a los actos de corrupción que se dan en ciertos sectores del poder del Estado que bajo negociaciones ilícitas desfalcan al erario nacional.
Como segundo punto tenemos los delitos que tienen que ver con el tráfico y lavado de dinero proveniente del narcotráfico. Una de las modalidades que diversas personas han visto necesarias para su enriquecimiento ilícito es dedicarse a las labores ilícitas del narcotráfico, teniendo en consideración que la droga se remite a diversos países con alto consumo de la misma, lo que posibilita que este tipo de delitos sea realmente de gran beneficio económico para sus autores.
En nuestro país existen verdaderas agrupaciones de la droga, enquistados en empresas fantasmas, que pocas veces son detectadas a tiempo y los que sufren las consecuencias de la represión policial, generalmente son aquellos individuos que en el argot del tráfico de estupefacientes son conocidos como "burriers”, que por dinero arriesgan su vida, ingiriendo cápsulas de clorhidrato de cocaína y que al reventarse estas en sus estómagos, mueren inmediatamente y son internados en las morgues de países de Europa y en Estados Unidos, sin que nadie reclame sus cadáveres, hechos que son de conocimiento publico por la constante información de los medios de comunicación.
En tercer lugar podemos señalar a un grupo de delitos tales como contra el patrimonio, contra la libertad sexual que son los de mayor índice, son los cometidos por aquellos ciudadanos que debido a sicologías sociales, estructuradas en su dependencia con la vinculación a la clase a la que pertenecen, muchas veces la más empobrecida, se dedican a cometerlo, a sabiendas de que traerá consigo una sanción que generalmente repercute en la pérdida de su libertad, la misma que se sustenta en el fundamento de extraerlo del núcleo social y colocarlos en centros penitenciarios, donde igual que en los manicomios, no pueda afectar a los bienes jurídicos protegidos por el Estado.
La Policía Nacional, de conformidad a lo que establece la Constitución Política del Estado, en su art. 166, tiene como misión fundamental garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Presta protección y ayuda a las personas y a la comunidad. Garantiza el cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y del privado. Previene, investiga y combate la delincuencia. Vigila y controla las fronteras; vale decir que bajo el presupuesto constitucional existe un factor denominado violencia, que se produce en los espacios individuales y sociales, motivo por el cual se vuelve imprescindible garantizar la permanencia del Estado, instrumentar una institución disciplinada y de estructura vertical como es la Policía que frene especialmente los actos que atenta contra la seguridad jurídica; pero es un error entender que el problema de inseguridad ciudadana nace exclusivamente dentro del ámbito de la delincuencia.
El Tribunal Constitucional ha mencionado que “La seguridad ciudadana no debe ser observada como un derecho fundamental, sino como un bien jurídico protegido, habida cuenta que hace referencia a un conjunto de acciones o medidas que están destinadas a salvaguardar el desarrollo de la vida comunitaria dentro de un contexto de paz, tranquilidad y orden, mediante la elaboración y ejecución de medidas vinculadas al denominado poder de Policía. La seguridad ciudadana consolida una situación de convivencia con ‘normalidad’, vale decir, preservando cualquier situación de peligro o amenaza para los derechos y bienes esenciales para la vida comunitaria”.
En base a ello podemos afirmar coincidiendo con algunos autores que la seguridad ciudadana tiene que enfocarse del derecho, que debe proteger y promoverse a través de reformas de las instituciones tanto en la administración de justicia y especialmente en el aparato policial, pero lo elemental es la acción conjunta que se pueda ejercer para prevenirla con el liderazgo de las Municipalidades ya sea provinciales o distritales que juntamente con la policía tiene que enfrentar el fenómeno de la delincuencia, diseñando postulados y mecanismos de acción, entendiéndose que el monopolio de la fuerza física y las armas que ejerce dentro del Estado no puede usarse contra la sociedad y los ciudadanos sino para preservarnos y protegernos, entonces la Policía Nacional debe cumplir con su rol de defender la seguridad ciudadana sin equivocar el ámbito de la defensa nacional, el mismo que corresponde en forma exclusiva a las Fuerzas Armadas; ya que solamente en circunstancias de carácter excepcional las FF.AA. pueden ingresar en tareas de seguridad interna.
Nuestra policía tiene que desarrollarse dentro de un perfil apolítico, profesional, técnico, altamente eficiente y eficaz, por ello se debe promover los constantes cambios o desplazamiento de personal que llevan enquistados por muchos años en unidades y comisarías, promoviendo la preparación de sus miembros en labores de investigación, técnicas de conciliación, y sobre todo, lo más importante la forma de tratar al publico, a los ciudadanos que concurren a las comisaría y que muchas veces por el maltrato que reciben en las unidades policiales no colaboran en el esclarecimiento de hechos o dejan de denunciar hechos deleznables que finalmente quedan impunes. preservar la seguridad ciudadana y democrática, la protección de los derechos humanos; y solo a partir de ello la prevención y el enfrentamiento al delito, lo escrito importa un nuevo concepto de la institución policial, la misma que deberá articularse, según modesto parecer, bajo los siguientes presupuestos:
1.- La defensa y protección de los derechos humanos.
2.- Una policía civil, no militar ni armada, y que se exprese en labores de educación, prevención, información y protección de todos los ciudadanos.
3.-Tiene que ser eminentemente modernizado, dotándolo de tecnología, formación y carreras profesionales, a la vez que de recursos logísticos, infraestructura conveniente y sueldos dignos.
4.- Es importante que la Policía se integre con las organizaciones de la comunidad, para que se pueda usar en toda su magnitud el abanico que supone la prevención, y superar la desconfianza que la comunidad ha desarrollado respecto a ella.
La Seguridad Ciudadana
Marco Antonio Carrasco Campos*
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