Consecuencias de no llevar audífonos

Las personas que sufren sordera o hipoacusia se enfrentan a diario a las consecuencias a las que su dificultad las ha expuesto. El oído es uno de los cinco sentidos que posee el ser humano, de modo que no será nada extraño ni descabellado pensar en el hecho de que es igual de necesario para el hombre que el resto de los sentidos. De los cinco, no sabría explicar cuál de ellos carece de importancia, pero sin lugar a dudas, si tuviese que elegir, ni el oído ni la vista podría eliminarlos de la lista. En todas las situaciones de la vida cotidiana diaria, las personas necesitamos oír, ya sea con audífonos o a través de nuestro sistema auditivo.

De hecho, incluso en las autoescuelas, cuando estás sacando el carnet de conducir, se te dice que el claxon del vehículo ha de usarse para evitar accidentes. Una persona que no tenga la posibilidad de oír porque padezca sordera o hipoacusia y que no reúna los requisitos económicos como para comprar un audífono puede exponerse o arriesgarse encima a verse envuelta en un accidente de tráfico porque, en el momento en el que el conductor del vehículo tocó el claxon ella no podía oirlo. ¿No es esto un peligro?

Lo peor de todo es que esa situación es solo una de las múltiples consecuencias a las que pueden arriesgarse todos aquellos que no tienen la suficiente capacidad para oír, sea por el motivo que sea. Y esta es solo una de las posibles consecuencias; hay otras muchas situaciones en las que estas personas están igual de impedidas.

Para ayudar a los menos favorecidos, existen ayudas y subvenciones que facilitan la tarea de comprar audífonos a las personas que los necesitan, de forma que estos puedan llevar una vida tan normal y digna como la del resto de personas que sí pueden por suerte oír.